Washington. D.C.
En un movimiento que podría redefinir el equilibrio geopolítico global y devolver certidumbre a los mercados internacionales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que ha comenzado a organizar una reunión entre Vladímir Putin y Volodímir Zelenski, con el fin de sentar las bases de un acuerdo de paz que ponga fin a la guerra en Ucrania.
“Tras mi reunión con Zelenski y los líderes europeos en la Casa Blanca, llamé al presidente Putin y comenzamos a organizar un encuentro directo entre ambos mandatarios”, aseguró Trump en su red social Truth Social. Añadió que, posteriormente, habrá una cumbre trilateral con él mismo en la mesa de negociaciones.
La Casa Blanca, epicentro de la paz
La jornada en Washington reunió a algunos de los nombres más influyentes de la política mundial: Zelenski, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte; Ursula von der Leyen, Emmanuel Macron, Giorgia Meloni, Keir Starmer, Friedrich Merz y Alexander Stubb, entre otros.
Trump, fiel a su estilo directo, aseguró que las conversaciones avanzaron hacia un paquete de garantías de seguridad para Ucrania, principalmente financiadas y respaldadas por Europa, pero con coordinación estrecha con EE.UU.
El Kremlin, por su parte, reconoció que Putin habló directamente con Trump durante la reunión, agradeciéndole sus “esfuerzos” y dejando abierta la posibilidad de elevar el nivel de representación en la próxima ronda de diálogo.
Tensión y escepticismo, pero con una luz al final
Mientras líderes como Macron se mostraron escépticos sobre la “voluntad de paz” de Putin, lo cierto es que el poder de convocatoria de Trump ha logrado algo impensado semanas atrás: alinear a Europa, Ucrania y EE.UU. en una misma mesa de negociación.
El propio Zelenski reconoció que la presión de Washington podría ser decisiva: “Estamos listos para reunirnos sin condiciones, pero quizá se requiera de la presión de Estados Unidos”.
Impacto global: lo que está en juego
Para los mercados internacionales, el posible fin de la guerra abre un escenario de estabilización inmediata en los precios de energía, granos y materias primas, reduciendo la volatilidad que ha afectado a las cadenas de suministro globales.
Un acuerdo de paz también permitiría que Europa redirija recursos hoy destinados a defensa hacia infraestructura, transición energética y cooperación industrial, sectores donde América Latina —y particularmente países como México, Brasil, Chile y Argentina— pueden convertirse en socios estratégicos.
Lo que significa para América Latina
La paz en Ucrania no solo aliviaría las presiones inflacionarias globales, sino que abriría una ventana de inversión y exportación para América Latina, región rica en energéticos, alimentos y minerales críticos para la nueva economía verde.
La estabilidad internacional daría a los CEO’s e inversionistas latinoamericanos un entorno mucho más favorable para competir en mercados europeos, hoy urgidos de diversificación.
Un negociador implacable
Digán lo que digan sus críticos, Trump demuestra nuevamente que su fortaleza está en la negociación directa. Sentar en la misma mesa a Putin, Zelenski y a las potencias de la OTAN lo coloca como el único líder con capacidad real de encaminar la paz en Europa del Este.
Un desenlace favorable podría no solo poner fin a la guerra más devastadora de la última década, sino también reactivar el crecimiento global en un momento en que la economía mundial tambalea bajo presiones arancelarias y tensiones comerciales.
Con Información de EFE