Todos pagan el precio: nuevos aranceles de Trump golpean empresas, mercados… y México sin negociar

🔴 La cuenta regresiva para el 1 de agosto ha comenzado. Mientras potencias como la Unión Europea y China mueven fichas, México permanece en silencio ante la inminente imposición de aranceles de hasta 30% por parte de EE.UU.

Washington D.C.

La política económica del presidente estadounidense Donald Trump sigue reconfigurando la geoeconomía global con una contundente advertencia: “El que quiera comerciar con Estados Unidos, deberá pagar el precio”. A menos de una semanas para que entren en vigor los nuevos aranceles el 1 de agosto, gobiernos como los de China y la Unión Europea se han lanzado a negociar de forma activa, mientras que México… guarda silencio.

El silencio, en estos momentos, no solo es costoso: es peligroso.

Trump endurece la presión… y el mundo se mueve

En Estocolmo, representantes de China y EE.UU. celebran esta semana una tercera ronda de negociaciones comerciales. Mientras tanto, Trump logró cerrar un acuerdo con la Unión Europea que impone un arancel fijo del 15 % (en lugar del 30 %) a productos estratégicos europeos, a cambio de compras energéticas y militares por más de 1.3 billones de dólares. La diplomacia económica está en plena ebullición.

En contraste, México —el mayor socio comercial de EE.UU.— no ha anunciado ninguna contrapropuesta ni se ha confirmado una delegación negociadora. Esto pone en jaque al sector productivo nacional, particularmente el exportador, que enfrenta la amenaza de aranceles de hasta 30 % sobre bienes industriales, automotrices, electrónicos y del agro.

Golpe a los gigantes: VW recorta pronósticos y Wall Street tiembla

Los efectos de esta política ya se sienten. El grupo Volkswagen —con presencia clave en México— anunció una caída de 36.6 % en su beneficio neto atribuido durante el primer semestre, citando directamente los aranceles estadounidenses, reestructuras y normativas de CO₂. Marcas premium como Porsche y Audi sufrieron retrocesos de hasta 71.3 % y 45 %, respectivamente.

La firma recortó sus pronósticos de facturación y rentabilidad para el segundo semestre de 2025, y su filial Traton, especializada en vehículos de carga, también reportó una caída del 39.3 % en su utilidad operativa debido a la desaceleración del transporte en EE.UU. generada por los nuevos aranceles.

En paralelo, Wall Street se mantiene volátil. Aunque firmas como Alphabet y Verizon impulsaron las ganancias del Dow Jones y el Nasdaq, sectores como el automotriz (Tesla, Volkswagen) y logístico muestran signos claros de tensión ante la nueva arquitectura comercial que Trump impone.

México sin estrategia… a días del impacto

Mientras la UE logra “aranceles cero” para ciertos productos clave, México no ha anunciado ninguna mesa de negociación bilateral con EE.UU. A pesar de tener un Tratado de Libre Comercio (T-MEC) vigente, el gobierno federal no ha emitido una postura concreta respecto a los nuevos gravámenes.

Esto preocupa especialmente a las cadenas de valor transfronterizas —automotriz, electrónica, textil— que dependen del libre flujo comercial con EE.UU. y que hoy están sujetas a una incertidumbre regulatoria y financiera sin precedente desde la era del TLCAN.

¿Dónde están las negociaciones? ¿Qué ofrece México a cambio de los aranceles? ¿Cuál es el plan? Son preguntas que siguen sin respuesta por parte del Ejecutivo federal.

Trump apuesta por un dólar débil y una guerra comercial controlada

El presidente Trump, fiel a su estilo, declaró recientemente que un dólar débil “hace más valiosos los aranceles” y facilita la deuda. Mientras otros países sufren por el encarecimiento de sus productos exportados a EE.UU., Washington apuesta por un juego agresivo en el tablero geopolítico. El nuevo orden comercial está en marcha, y todos —China, UE, Japón— se están reposicionando.

Todos, menos México.

El sector empresarial en alerta

Desde el sector privado mexicano, la expectativa es creciente y la frustración latente. Empresarios y CEO de compañías transnacionales instaladas en el país señalan que la falta de interlocución institucional efectiva puede dejar al ecosistema productivo expuesto a costos fiscales, logísticos y de competitividad que afecten la inversión y el empleo.

El primero de agosto está a la vuelta de la esquina. El reloj corre. Los aranceles están listos. Y México, sin una estrategia comercial clara, se arriesga a pagar un precio demasiado alto por su silencio.

En tiempos donde el comercio global se negocia con astucia y firmeza, la ausencia de México en la mesa no es neutralidad: es vulnerabilidad.

Con Información de EFE