Ciudad de México
Con tono mesurado, pero dejando claro que no hay resultados concretos, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, admitió que México ya agotó todas las gestiones posibles para evitar la imposición de los aranceles del 30 % anunciados por Donald Trump, los cuales entrarían en vigor este viernes 1 de agosto.
En un mensaje dirigido más a la calma emocional que a la claridad comercial, Ebrard pidió a los empresarios y a la opinión pública “tener sangre fría” y “no entrar en pánico”, en una declaración que más bien suena a resignación institucional frente a un golpe fiscal inminente que podría afectar severamente a las exportaciones mexicanas fuera del marco del T-MEC.
Lo que se dice… y lo que se lee entre líneas
Desde el foro “México IA. Inversión Acelerada”, el funcionario aseguró que las negociaciones con Estados Unidos fueron “intensas y complejas”, pero evitó mencionar avances, acuerdos, ni detalles sustanciales. Al contrario, enfatizó:
“Ya todo lo que México tenía que hacer está hecho. Ahora tenemos que esperar hoy, mañana y el jueves. Mi perspectiva es positiva… vamos a ver en qué resulta.”
El mensaje entre líneas es claro: no hubo negociación exitosa, y todo indica que México llegará al 1 de agosto sin un acuerdo ni una prórroga. En otras palabras, el Gobierno se deslinda y el sector productivo queda solo ante los embates fiscales del presidente estadounidense.
¿Optimismo o cortina de humo?
Las palabras de Ebrard contrastan con la urgencia del momento. Mientras Estados Unidos y la Unión Europea cerraban este domingo un acuerdo arancelario estratégico, México no ha logrado –o no ha intentado con suficiente peso– una negociación similar, lo que deja al país en una posición de franca desventaja competitiva.
El propio Ebrard se escuda en el T-MEC, al señalar que el 84 % del comercio bilateral ya está libre de aranceles gracias al tratado. Sin embargo, el 16 % restante representa miles de millones de dólares en productos clave para la industria nacional, que ahora estarían sujetos a un arancel del 30 %.
Empresarios, solos y sin respaldo
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Francisco Cervantes, afirmó que el sector privado “no está cruzado de brazos”, pero reconoció que la interlocución con el gobierno de EE.UU. es limitada y sin resultados visibles.
“Esperamos que haya una prórroga para seguir negociando”, dijo Cervantes, dejando en evidencia la falta de una estrategia real y coordinada con el Gobierno federal.
Un daño que puede ser estructural
Más allá del daño inmediato en costos y flujos de comercio, lo preocupante es la señal de debilidad institucional. México, el principal socio comercial de Estados Unidos, se ha mostrado inerte, sin respuesta diplomática sólida ni un frente empresarial unificado con respaldo político.
Los aranceles anunciados por Trump son, además, un movimiento más político que técnico, y el argumento de “insuficiente colaboración mexicana en seguridad fronteriza” es solo el pretexto. El fondo es otro: una nueva era de proteccionismo disfrazado de seguridad nacional, y México no parece estar preparado para este nuevo tablero geopolítico.
Mientras tanto, el reloj avanza…
Con cada hora que pasa, el silencio del Gobierno y la incertidumbre del sector productivo aumentan. Las declaraciones de Ebrard, lejos de calmar, confirman lo que muchos analistas ya advertían:
No hubo negociación. No hay estrategia. Y México llega al 1 de agosto sin defensa.
El mensaje que recibe el ecosistema empresarial es devastador: están solos