Torreón, Coahuila.
Este lunes, el alcalde Román Alberto Cepeda González anunció una serie de siete cambios en la Administración Municipal, que —según destacó— responden a la necesidad de reforzar la seguridad, el desarrollo económico y la gobernanza local, bajo una estrecha coordinación con el Gobierno del Estado.
En conferencia de prensa, Cepeda señaló que los ajustes permitirán afrontar los nuevos retos que vive la ciudad en un contexto nacional complejo, y que la meta es “construir un municipio más eficiente, sólido y alineado con los objetivos de Coahuila”.
Los cambios más relevantes
Entre las designaciones más destacadas se encuentra la propuesta de Eduardo Olmos Castro como nuevo secretario del Ayuntamiento, en relevo de José Elías Ganem Guerrero. Asimismo, se anunció a Javier Lechuga Jiménez como candidato para ocupar la Tesorería Municipal, en sustitución de Óscar Gerardo Luján Fernández.
Otros movimientos incluyen:
- Contraloría Municipal: en proceso de selección mediante terna aprobada en Cabildo.
- Dirección de Tránsito y Vialidad: Martha Alicia Faz Dávila sustituye a Mario Alberto Campos.
- Dirección de Desarrollo Económico: Marcelo Valdés Quintanilla releva a Antonio Hernández González.
- Dirección de Turismo: Guillermo Martínez Ávila ocupa el cargo en lugar de Natalia Hoyos.
- IMPLAN Torreón: el Consejo Directivo definirá este jueves a su nueva titularidad.
Coordinación o centralización: la pregunta de fondo
El alcalde aseguró que estos cambios obedecen a una estrategia clara y coordinada con el Gobierno estatal, lo que abre una interrogante legítima en los círculos empresariales y sociales: ¿serán decisiones marcadas desde la Presidencia Municipal o desde el Palacio de Gobierno estatal?
Aunque la narrativa oficial apunta a la “coordinación absoluta”, diversos sectores interpretan que la magnitud de los movimientos podría implicar una mayor injerencia estatal en la vida pública del municipio, con la promesa de ganar eficacia, pero al costo de diluir la autonomía local.
Expectativas y cautela empresarial
En voz baja, líderes de la iniciativa privada reconocen que la noticia tomó por sorpresa al sector, pues no hubo un proceso previo de consulta o consenso. Las cámaras empresariales observan con expectativa, pero también con cierta cautela, a la espera de ver si las nuevas designaciones traen continuidad en políticas económicas y estabilidad en la relación con el sector privado.
En particular, el cambio en la Dirección de Desarrollo Económico genera dudas, dado que la dinámica de atracción de inversiones y la vinculación con la IP requiere de confianza, diálogo permanente y visión a largo plazo.
Por el bien de Torreón
Pese a las dudas, tanto sociedad como empresariado coinciden en que lo más importante es que estas decisiones —ya sean impulsadas desde lo municipal o lo estatal— se traduzcan en resultados tangibles para la ciudadanía torreonense: mayor seguridad, eficiencia en los servicios, más oportunidades de empleo y condiciones de crecimiento económico.
El reacomodo político-administrativo abre un nuevo capítulo en la gestión local. Y mientras se despeja la duda sobre quién marcará realmente el rumbo de Torreón, la expectativa general es clara: que los cambios sean para fortalecer a la ciudad y no solo para redistribuir posiciones de poder.