BBVA México ha dado un paso estratégico en su expansión internacional con la apertura de una nueva oficina en Houston, Texas. Esta decisión tiene un objetivo claro: atraer a empresas estadounidenses interesadas en operar en México. En particular, BBVA busca asesorar y facilitar la inversión de 65 empresas estadounidenses en su primer año, enfocándose en sectores clave como manufactura, energía, biotecnología y tecnología digital, entre otros. Esta nueva sede ofrecerá a los empresarios servicios de asesoría financiera, herramientas de inversión y apoyo en la integración de cadenas de suministro.
¿Por qué Houston?
Houston, en el estado de Texas, es un centro industrial y logístico vital en Estados Unidos, destacándose en sectores estratégicos como el aeroespacial, energético y tecnológico. Según BBVA, Texas es el estado que más bienes importa desde México, superando incluso a los mercados asiáticos, con un intercambio anual de 142.7 mil millones de dólares en 2023. En este contexto, la apertura de la oficina en Houston tiene sentido: no solo se busca aprovechar la proximidad geográfica y comercial con México, sino también fortalecer el vínculo entre las empresas de ambos países.
Víctor Rojas Fernández, director de la oficina nearshoring de BBVA en Houston, señaló que la estrategia de la institución es «anticiparse a las necesidades» de las empresas estadounidenses, acercándose a su lugar de origen en lugar de esperar a que estas tomen la iniciativa de operar en México. Este enfoque proactivo permitirá a BBVA ofrecer soluciones personalizadas y asistencia en trámites, lo que agilizará la llegada de inversión extranjera directa al país.
Impacto en México: ¿Beneficio o riesgo?
Desde la perspectiva mexicana, la apertura de esta oficina podría representar un impulso significativo para la atracción de inversión extranjera, especialmente en el marco del nearshoring —la tendencia de trasladar operaciones manufactureras más cerca de mercados clave como Estados Unidos. Houston, como uno de los polos industriales más importantes de EE. UU., tiene el potencial de ser una fuente constante de nuevas inversiones para México.
El beneficio principal de esta iniciativa es el fortalecimiento de las cadenas de suministro entre ambos países, lo que contribuiría a mantener el liderazgo de México como un socio comercial clave de EE. UU. Las empresas estadounidenses tendrán un canal directo de asesoría para expandirse en México, aprovechando la cercanía geográfica, los tratados comerciales como el T-MEC y los costos competitivos de producción.
Por otro lado, también existe el riesgo de dependencia. Si bien la mayor inversión y presencia de empresas estadounidenses en México puede ser beneficiosa a corto plazo, el país debe asegurar que las condiciones de inversión también fortalezcan las capacidades internas, como el desarrollo de talento local, infraestructura y competitividad. De lo contrario, México podría volverse demasiado dependiente de estas inversiones externas, especialmente en tiempos de cambios económicos o políticos en Estados Unidos.
Un futuro interconectado
El paso que ha dado BBVA al abrir esta oficina en Houston refuerza la importancia de Texas como un socio comercial para México. Con la región liderando las importaciones desde el país, es natural que BBVA busque facilitar la entrada de empresas estadounidenses a territorio mexicano a través de una estructura omnicanal de asesoría financiera. Este enfoque permitirá que sectores como la manufactura —que representa más del 88% de las importaciones anuales de bienes desde México— se fortalezcan, generando empleos y dinamizando la economía.
En resumen, la apertura de esta oficina por parte de BBVA tiene el potencial de impulsar el crecimiento económico de México mediante la atracción de nuevas inversiones. Al mismo tiempo, abre la puerta a una colaboración más estrecha entre las empresas de ambos países, consolidando a México como un socio indispensable para Estados Unidos en sectores clave de la economía global