Olinia: Una apuesta mexicana hacia la movilidad eléctrica, con cautela

El gobierno mexicano presentó su primer proyecto de armadora de mini vehículos eléctricos, Olinia, destacando oportunidades y retos en un contexto de tensiones geopolíticas y económicas.

Ciudad de México.

La presidenta Claudia Sheinbaum anunció el inicio de una iniciativa que marca un hito para la industria automotriz del país: la creación de Olinia, una armadora de mini vehículos eléctricos diseñados y fabricados en México. Con una inversión inicial de 25 millones de pesos, este proyecto busca transformar la movilidad urbana con soluciones accesibles, sustentables y adaptadas a las necesidades de millones de mexicanos.

La propuesta de Olinia se centra en tres modelos: movilidad personal, movilidad de barrio y vehículos para entregas de última milla. El rango de precios, entre 90 y 150 mil pesos, apunta a un mercado amplio y diverso. Además, su enfoque en cero emisiones y plataformas modulares subraya el compromiso del gobierno con la transición energética.

Oportunidades: Un paso hacia la soberanía tecnológica

Olinia representa un esfuerzo por vincular la academia, el gobierno y el sector privado, un modelo que la Secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación calificó como clave para alcanzar la soberanía tecnológica y fortalecer la economía mexicana. La participación del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Tecnológico Nacional de México (TecNM) en el desarrollo del proyecto resalta la apuesta por el talento nacional en tecnología automotriz y movilidad eléctrica.

Además, las armadoras regionales planeadas permitirán abaratar costos logísticos y acercar los vehículos al consumidor final, mientras que los planes de financiamiento buscarán democratizar el acceso a esta tecnología.

Retos: Cuidado con las señales hacia los socios comerciales

Sin embargo, este proyecto enfrenta cuestionamientos sobre la dependencia de insumos importados, en particular de China, uno de los principales proveedores de piezas para la industria automotriz mexicana. Algunos analistas señalan que el contenido nacional de los vehículos podría ser mínimo, lo que pone en duda la autenticidad del «hecho en México».

En el contexto del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), esta percepción podría generar tensiones con los socios comerciales del norte, especialmente en un momento en que Donald Trump, próximo a asumir nuevamente la presidencia de Estados Unidos, ha dejado claro su interés en renegociar términos comerciales bajo condiciones más estrictas.

La política industrial de México debe ser cautelosa al construir esta narrativa. Celebramos la incursión del país en la fabricación de vehículos eléctricos, pero la transparencia y la claridad sobre los orígenes de las piezas son fundamentales para evitar fricciones en el comercio trilateral.

Olinia, un paso adelante con atención al camino

El éxito de Olinia dependerá no solo de su capacidad para cumplir con las metas de producción y accesibilidad, sino también de enviar las señales correctas al mercado global. A medida que México busca consolidarse como un jugador clave en la transición hacia la movilidad eléctrica, deberá equilibrar su ambición con estrategias que aseguren un crecimiento sostenible, inclusivo y alineado con los compromisos comerciales internacionales.

La iniciativa es una muestra de lo que México puede lograr en innovación y tecnología. No obstante, el gobierno debe ser consciente de los desafíos geopolíticos y económicos que enfrenta al dar este importante paso hacia el futuro de la movilidad.