México y su bomba de tiempo fiscal: deuda pública se dispara 14% y ya supera los 17.5 billones de pesos

💣 El crecimiento exponencial de la deuda pone en jaque la estabilidad financiera y genera incertidumbre para el sector empresarial

Ciudad de México.

Mientras la atención nacional se centraba en las elecciones judiciales, la deuda pública de México siguió una tendencia silenciosa, pero preocupante: creció 14% anual y alcanzó los 17.8 billones de pesos, según el último informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Este aumento marca un nuevo hito en la trayectoria fiscal del país y prende señales de alerta entre analistas económicos y líderes del sector productivo.

📈 Endeudamiento en aumento: más rápido de lo previsto

En lo que va de 2025, el endeudamiento neto aumentó 2.1 billones de pesos, frente al mismo periodo de 2024. La deuda externa es la que más preocupa, con un alza del 23%, al pasar de 3.6 a 4.5 billones de pesos, lo que indica una creciente dependencia del financiamiento internacional en un entorno de tasas inciertas y menor apetito por riesgo.

Por su parte, la deuda interna creció 11%, ubicándose en 13 billones de pesos. El incremento engloba no solo al gobierno federal, sino también a empresas estatales como Pemex y CFE, cuyos pasivos continúan presionando las finanzas públicas.

🔍 ¿Dónde quedó la austeridad?

Desde 2018, el saldo de la deuda pública ha crecido en casi 7 billones de pesos, contradiciendo el discurso de la llamada “austeridad republicana”. Si bien el gobierno federal ha fijado un techo de endeudamiento de 1 billón de pesos para 2025, los datos oficiales muestran que la ruta fiscal no está alineada con dicho compromiso.

Expertos en finanzas públicas advierten que sin una estrategia clara para contener el gasto y mejorar la eficiencia presupuestal, México podría comprometer su margen de maniobra fiscal frente a futuras crisis o choques externos.

🚨 Riesgos para la economía y el sector privado

La acelerada acumulación de deuda tiene implicaciones directas sobre el entorno económico del país. A mayor endeudamiento, mayores son las presiones sobre las tasas de interés, la estabilidad cambiaria y la percepción de riesgo país, variables clave que impactan el clima de inversión y el acceso al financiamiento para empresas.

“En un entorno global volátil, el alto nivel de deuda pública deteriora la confianza de los inversionistas. No hay estrategia fiscal sostenible sin control del gasto estructural”, comenta un analista del sector financiero.

Para el empresariado, la preocupación no solo está en la sostenibilidad de la deuda, sino en el desplazamiento del gasto productivo por gasto corriente, y los recortes en áreas clave como infraestructura, salud y educación, que afectan la competitividad y el desarrollo social de largo plazo.

💡 ¿Todo es negativo? Algunos datos positivos

A pesar del panorama de deuda, la recaudación tributaria creció 10.1% en términos reales, impulsada por un alza del 13.9% en el IVA y un 9.5% en el ISR. Este desempeño sugiere un incremento en la actividad económica formal y una mayor eficiencia recaudatoria. Sin embargo, estos ingresos adicionales no han sido suficientes para frenar el ritmo del endeudamiento.

⚠️ Perspectivas a futuro: ¿cómo afecta esto a los empresarios?

Con una economía que apenas comienza a recobrar impulso, una inflación que sigue bajo vigilancia y un escenario internacional incierto por la política arancelaria de EE.UU., el creciente nivel de deuda compromete la capacidad de respuesta del Estado.

Para los empresarios e inversionistas nacionales y extranjeros, este entorno aumenta la percepción de riesgo, eleva el costo de capital y genera dudas sobre la estabilidad macroeconómica.

📉 La señal es clara: si México no ajusta su trayectoria fiscal, el país enfrentará limitaciones estructurales para seguir atrayendo inversión, mantener la competitividad y sostener la estabilidad económica en el mediano y largo plazo.

En síntesis:

  • La deuda neta de México se disparó a 17.8 billones de pesos.
  • Desde 2018, ha crecido casi 7 billones, pese a la narrativa de austeridad.
  • El endeudamiento externo creció 23% y el interno, 11%.
  • La presión sobre el gasto público podría afectar servicios clave, mientras las empresas estatales siguen acumulando pasivos.
  • Aunque los ingresos tributarios suben, no compensan el ritmo del endeudamiento.
  • La sostenibilidad fiscal está en riesgo, y con ella, la estabilidad del país para hacer negocios.

📌 El desafío está sobre la mesa: ordenar las finanzas públicas antes de que la factura la paguen, otra vez, los contribuyentes y el sector productivo.