México y EE.UU. crecen juntos… pero negocian por separado: el PIB sube, pero la diplomacia se hunde

🌐 Economías entrelazadas, relaciones estancadas: mientras el crecimiento sincronizado fortalece la región, los gobiernos siguen sin sentarse a la mesa

Washington – Ciudad de México

La economía estadounidense repuntó un sólido 3% anualizado en el segundo trimestre del 2025, según datos oficiales del Buró de Análisis Económico (BEA). Al sur del río Bravo, México también mostró señales positivas, con un modesto pero firme crecimiento del 0.2% trimestral y 0.7% interanual, reveló el Inegi. Sin embargo, mientras las cifras muestran que ambas economías están conectadas en una sinergia natural, la diplomacia sigue desconectada, dejando al sector empresarial expuesto y sin blindaje ante los embates arancelarios inminentes de Donald Trump.

Crecimiento compartido… pero sin estrategia común

En la era de la globalización acotada y el regionalismo agresivo, resulta paradójico que dos economías tan entrelazadas como la mexicana y la estadounidense crezcan en tándem sin tener una estrategia bilateral clara ante amenazas comunes. No hay reuniones bilaterales, no hay pactos públicos, no hay comunicación estratégica visible.

“Lo que sorprende a los analistas es que, mientras EE.UU. firma acuerdos con la UE y Chile para amortiguar tensiones arancelarias, México—su mayor socio comercial—sigue esperando una llamada de Washington”, comentó un especialista de JP Morgan

PIB en recuperación, pero bajo la sombra de los aranceles

Tras una contracción del 0.5% en el primer trimestre, la economía de EE.UU. recuperó fuerza gracias a la caída de importaciones y un repunte del consumo interno (1.4%). Sin embargo, las exportaciones bajaron 1.8% y la inversión privada se desplomó 15.6%, reflejando la incertidumbre del entorno global. El 1 de agosto, cuando entren en vigor los nuevos aranceles, podría marcar un nuevo retroceso.

Por su parte, México mantiene su paso positivo pero contenido, con un crecimiento acumulado de 1.4% en lo que va del año. La presidenta Claudia Sheinbaum celebró la fortaleza de la economía y subrayó que el país ha evitado la recesión técnica que anticipaban Citi y el FMI. “La economía está fuerte. Nuestro modelo funciona”, afirmó.

Pero más allá de los datos optimistas, los mercados internacionales observan con extrañeza que no haya una agenda de alto nivel entre ambos gobiernos para sortear la inminente tormenta comercial.

¿Dónde está la diplomacia económica?

Ni la amenaza de un arancel del 30% a productos fuera del T-MEC, ni las últimas medidas proteccionistas de Washington, como el 50% al cobre o la eliminación de exenciones a envíos menores a $800 dólares, han provocado una acción diplomática contundente de México.

“México parece más enfocado en celebrar el crecimiento que en anticipar los riesgos. Y en política económica eso se paga caro”, advirtió un consultor de riesgo político en Nueva York.

Empresarios preocupados y sin escudo

En este contexto, el sector privado mexicano se siente abandonado. Mientras líderes empresariales como Francisco Cervantes, del CCE, insisten en que “no están cruzados de brazos”, también admiten que las negociaciones no han fructificado y que el empresariado está solo ante la presión de Washington.

La falta de acercamientos formales entre Sheinbaum y Trump ha generado nerviosismo en el nearshoring, la inversión industrial, y las cadenas de suministro binacionales. Si EE.UU. entra en una nueva fase de endurecimiento comercial, México será el primero en sentirlo, tanto por la integración productiva como por la dependencia exportadora.

Limbo Geoeconómico:

El crecimiento económico es una buena noticia, pero no es un escudo. La falta de acuerdos bilaterales entre México y Estados Unidos, a pesar de los vínculos comerciales más sólidos del continente, demuestra una diplomacia fallida o inexistente.

Mientras Trump firma acuerdos con Europa y castiga a Brasil y China, México flota en un limbo geoeconómico, celebrando cifras mientras se avecinan tormentas.

Porque en este nuevo orden global, no basta con crecer: hay que negociar para sobrevivir.