Ciudad de México
En un mensaje que ha encendido todas las alertas en las capitales de América del Norte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que los cárteles del narcotráfico tienen un «tremendo control» sobre México. Las declaraciones ocurrieron durante la firma de la nueva Ley contra el Tráfico de Fentanilo, en la que el mandatario arremetió contra el gobierno mexicano, afirmando que políticos y autoridades están intimidados, controlados o infiltrados por el crimen organizado.
“Los cárteles tienen mucho qué decir sobre México. Tienen un control muy fuerte sobre políticos y personas electas. No podemos permitir que eso suceda”, afirmó Trump desde la Casa Blanca, flanqueado por familias víctimas de sobredosis y miembros de su gabinete.
La gravedad de sus palabras va más allá del discurso político. Al catalogar a seis organizaciones criminales mexicanas como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés), Trump ha otorgado un nuevo marco legal que podría justificar intervenciones más agresivas de su país en territorio mexicano, bajo el argumento de seguridad nacional.
Aranceles: un arma económica contra México
El lenguaje beligerante ha sido acompañado de medidas concretas. Como parte de su estrategia para frenar el flujo de drogas, Trump ha impuesto aranceles del 30% a productos mexicanos, incluidos el jitomate, el ganado y otras exportaciones clave.
La respuesta de la administración mexicana ha sido cautelosa. La presidenta Claudia Sheinbaum, en una conferencia matutina, señaló que su gobierno está negociando con EE.UU. para evitar una mayor afectación económica, al tiempo que subrayó la importancia de respetar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
“Es indispensable que se respete el tratado comercial. Estamos en diálogo con nuestros socios, incluyendo Canadá, para proteger la estabilidad económica de la región”, dijo Sheinbaum, quien recientemente sostuvo una conversación con el primer ministro canadiense, Mark Carney.
Canadá respalda a México frente a la presión de EE.UU.
Desde Ottawa, el primer ministro Mark Carney se solidarizó con México y también expresó su rechazo a los nuevos aranceles estadounidenses, que afectan con un 35% a productos canadienses. Ambos gobiernos coincidieron en que el T-MEC debe mantenerse como un instrumento de cooperación y certidumbre para América del Norte, de cara a su revisión programada para 2026.
El fentanilo como eje de la política exterior de Trump
La nueva ley firmada por Trump endurece las penas contra traficantes de fentanilo en EE.UU., pero también busca extender esa presión al ámbito internacional. El presidente pidió abiertamente a China que imponga la pena de muerte a quienes produzcan esta droga sintética para el mercado estadounidense, una exigencia que recuerda los momentos más tensos de la guerra comercial entre ambos países.
“Hoy le damos otra derrota a los salvajes narcotraficantes, criminales y a los cárteles, que dominan México”, declaró Trump, insistiendo en que no bajará la guardia frente a lo que él llama una “crisis de seguridad nacional con origen extranjero”.
México, en el centro de una tormenta geopolítica
La ofensiva de Trump —comunicacional, legal y arancelaria— coloca a México en una situación de alta vulnerabilidad. Por un lado, enfrenta una pérdida de imagen internacional, al ser retratado como un Estado débil ante el crimen organizado. Por otro, debe contener una escalada económica que pone en riesgo millones de empleos en sectores agrícolas y de exportación.
En este contexto, la comunidad empresarial mexicana observa con creciente preocupación el deterioro de la relación bilateral y la posible fractura del T-MEC. La narrativa impuesta por Trump —potente, reiterada y emocional— está calando tanto en la opinión pública estadounidense como en los mercados, afectando la percepción de México como destino confiable para inversiones y comercio.
Los próximos días serán clave para determinar si el gobierno mexicano logra defender con firmeza su soberanía, su economía y su reputación, en uno de los momentos más críticos de la relación con Washington en las últimas décadas.