Manolo Jiménez refuerza estrategia contra el crimen y mantiene firme su compromiso con la seguridad en Coahuila

Cateos, incineración de narcóticos y una posible intervención en Torreón marcan la semana

Saltillo, Coahuila.

En una muestra más del compromiso del Gobierno del Estado con la seguridad pública y la lucha frontal contra el crimen organizado, el gobernador Manolo Jiménez Salinas encabezó este lunes la ceremonia de incineración de narcóticos y destrucción de objetos del delito en Saltillo, donde reiteró su postura de cero tolerancia a la delincuencia en Coahuila.

Frente a representantes de las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional, la Fiscalía General de la República (FGR), la Fiscalía estatal, y autoridades municipales y legislativas, Manolo Jiménez refrendó que la seguridad es pilar y prioridad de su administración.

“Hoy no solo incineramos droga, enviamos un mensaje claro: en Coahuila no se negocia con la delincuencia. Aquí la seguridad se defiende todos los días”, sentenció el mandatario estatal.

Entre los narcóticos incinerados se incluyeron más de 3 mil 500 kilos de mariguana, 87 kilos de cristal y más de 2 kilos de cocaína, con un valor estimado de 50 millones de pesos. La droga fue decomisada durante operativos y cateos en diferentes regiones del estado.

Coordinación y voluntad: la fórmula coahuilense

Jiménez Salinas reconoció a todas las instituciones participantes y enfatizó que uno de los mayores aciertos en Coahuila ha sido la estrecha coordinación entre los tres órdenes de gobierno y las distintas corporaciones de seguridad, lo que ha permitido que el estado se mantenga como uno de los tres más seguros del país.

“En cada operativo y cateo actuamos como si fuéramos una sola fuerza. Aquí hay voluntad, hay política pública firme y hay un compromiso con la paz que no se rompe”, subrayó.

El gobernador también vinculó esta estrategia de seguridad con el desarrollo económico, al señalar que la tranquilidad ha sido clave para atraer inversiones, generar empleo y brindar oportunidades reales a la juventud coahuilense.

Torreón: ¿una llamada de atención inminente?

Sin embargo, y pese a los buenos indicadores estatales, la región Laguna —y en particular el municipio de Torreón— ha vivido semanas marcadas por la tensión. A los recientes hechos de violencia, se suma ahora el llamado del Movimiento Magisterial de Coahuila, que solicitó formalmente la intervención del gobernador tras los incidentes ocurridos durante una manifestación en el Giro Independencia, donde elementos del GRT agredieron a manifestantes y periodistas.

En un comunicado, el Movimiento —respaldado por colectivos como El Agua es Nuestra y el Frente de Padres y Madres de Familia— pidió que se garantice el derecho a la protesta, la libertad de prensa y la seguridad de quienes ejercen el periodismo, luego de la agresión a las reporteras Edith González y Mariana Mejía.

“Pedimos su pronta intervención para que se proceda con todos los recursos del estado ante los atropellos cometidos por el Gobierno Municipal que preside Román Alberto Cepeda González”, señalaron en el documento dirigido a Manolo Jiménez.

Hasta el momento, no se ha roto la relación institucional entre el gobernador y el alcalde, ambos del mismo partido, y existe una clara intención de no escalar públicamente el conflicto. No obstante, la creciente presión social sugiere que una intervención, al menos simbólica, es inevitable.

Una estrategia eficaz que se está contemplando podría ser que el gobernador intensifique su presencia en la Laguna, con visitas semanales que envíen un mensaje claro de respaldo ciudadano y supervisión directa. Torreón necesita una señal clara de que la seguridad será cuidada desde la más alta instancia del estado.

Un modelo que se pone a prueba

Mientras que Saltillo, la Carbonífera y el norte del estado mantienen niveles bajos de incidencia delictiva, la Laguna comienza a demandar mayor atención, no solo por los hechos recientes, sino porque en una región donde el desarrollo económico avanza, la seguridad debe mantenerse como su principal aliada.

Manolo Jiménez tiene en sus manos no solo la tarea de mantener a Coahuila seguro, sino también de apaciguar las tensiones emergentes en Torreón, sin romper los delicados equilibrios políticos. De cómo lo haga dependerá, en gran parte, la estabilidad futura de una de las regiones más productivas e influyentes del estado.

Las próximas semanas serán clave. Y en la Perla de la Laguna, ya se espera su visita.