La nueva guerra económica de Trump ya comenzó: EE.UU. impone aranceles del 50% al cobre

🌎 México, sin acuerdos ni blindaje, queda fuera del rediseño geoeconómico encabezado por Washington

Washington

Mientras el mundo comercial intenta reorganizar sus cadenas de suministro frente a los crecientes embates arancelarios de la Casa Blanca, el presidente Donald Trump volvió a sacudir los cimientos del comercio internacional, firmando este miércoles una nueva orden ejecutiva que impone un arancel del 50% a la importación global de productos de cobre —con la única excepción parcial de los cátodos de países como Chile—. La medida entra en vigor este 1 de agosto, apenas horas después de la posible imposición de aranceles a México y otras economías fuera del T-MEC.

Con esta jugada, Estados Unidos consolida una política comercial unilateral, proteccionista y políticamente selectiva, dejando claro que estamos ante un nuevo orden económico global encabezado por Washington, en el cual México no figura ni como socio privilegiado ni como interlocutor geoestratégico, a diferencia de potencias como la Unión Europea y Chile, que sí han negociado excepciones.

Un mundo inundado de aranceles: el nuevo lenguaje de Trump

La Casa Blanca justificó el nuevo arancel sobre el cobre citando amenazas a la “seguridad nacional” por la sobreproducción global, subsidios estatales extranjeros y regulaciones laxas ambientales en otros países. La orden afectará productos y derivados de cobre, aunque los insumos básicos como minerales, cátodos o chatarra quedan sujetos a control, debiendo al menos un 25% ser de origen estadounidense.

En paralelo, Trump anunció también:

  • El fin de la exención para envíos internacionales de bajo costo (inferiores a 800 dólares), vigente desde la década de 1930.
  • Un nuevo arancel del 50% a las importaciones brasileñas, en represalia política por el juicio al expresidente Jair Bolsonaro, alegando “graves abusos a los derechos humanos”.

«La era del libre comercio está oficialmente enterrada. Estados Unidos ya no comercia, castiga», comentó un analista de política exterior europeo tras el anuncio.

México: ni acuerdos ni escudos ante el nuevo proteccionismo

Mientras Chile logró ser excluido parcialmente del golpe arancelario, México sigue sin acuerdos concretos ni avances visibles para blindar a sus sectores estratégicos frente a la embestida comercial de Washington. A menos de 48 horas del «Día D» arancelario del 1 de agosto, el gobierno mexicano mantiene el discurso del optimismo, pero sin resultados tangibles.

Desde el punto de vista empresarial y geopolítico, México ha quedado fuera del rediseño comercial, sin pactos bilaterales que lo protejan ni maniobras que contengan el impacto. Hoy, las decisiones de Trump muestran que el comercio ya no se rige por reglas, sino por alineamientos políticos y lealtades personales.

Repercusiones para América Latina: la región se rearma, México no

Mientras países como la Unión Europea y Chile negocian acceso preferencial, rebajas arancelarias y cuotas estratégicas, México mantiene una posición de pasividad diplomática, confiando únicamente en la arquitectura del T-MEC, que no protege el 100% del comercio ni cubre todas las industrias expuestas.

La imposición arancelaria al cobre es solo un nuevo capítulo en la guerra comercial mundial que Estados Unidos lidera bajo su propio ritmo, dejando a sus socios “históricos” como espectadores de segunda fila en un escenario global que ya no obedece a los viejos tratados.

¿Y ahora qué? Riesgos para cadenas de suministro y costos de producción

El cobre, como insumo crítico en sectores como construcción, tecnología, energía y automotriz, verá encarecidos sus costos de importación en EE.UU., lo que alterará precios finales, márgenes industriales y cadenas de suministro binacionales. Si México no logra negociar excepciones o tratados complementarios, podría convertirse en un eslabón frágil dentro de las cadenas norteamericanas, justo cuando más necesita inversión, nearshoring y estabilidad regulatoria.

El nuevo escenario global:

El proteccionismo de Estados Unidos ya no es una amenaza, es la política oficial. Las empresas mexicanas e internacionales deben adaptar sus estrategias de exportación, buscar mercados alternos y redoblar su músculo diplomático. Porque hoy, más que nunca, los acuerdos ya no se firman en papel, se construyen con poder político real.

En este nuevo orden mundial de aranceles, quien no negocia, no existe