Un reciente artículo de Rolling Stone revela un panorama inquietante: el equipo de transición de Donald Trump está evaluando una “invasión suave” a México como parte de su estrategia para combatir el narcotráfico. Esta propuesta, que incluye el despliegue de fuerzas especiales y ataques quirúrgicos contra líderes del narcotráfico, refleja un enfoque unilateral que podría tensar distribuidas las relaciones entre ambos países.
La idea de una intervención militar estadounidense en México, incluso limitada, marca un precedente preocupante. Según Rolling Stone, miembros clave del gabinete designado por Trump, como Marco Rubio y Pete Hegseth, han expresado su apoyo público a estas medidas. Esta postura ha escalado desde declaraciones retóricas hacia un plan preliminar que contempla operaciones encubiertas, ataques con drones y una posible guerra cibernética contra los cárteles.
Impacto en la Relación Binacional
Una intervención de este tipo pondría en jaque los pilares de la cooperación bilateral entre México y Estados Unidos, cimentada en acuerdos como el T-MEC y en esfuerzos conjuntos en seguridad. La soberanía mexicana, un tema históricamente sensible, sería desafiada de manera directa, lo que podría derivar en una respuesta contundente por parte del gobierno mexicano.
Por otra parte, Trump ha planteado estas acciones como una solución al problema del narcotráfico, argumentando que México no ha hecho lo suficiente para combatir a los cárteles. Sin embargo, este enfoque ignora las raíces estructurales del problema, como el consumo masivo de drogas en Estados Unidos y el tráfico de armas desde este país hacia México. La narrativa unilateral de Trump podría exacerbar las tensiones, en lugar de resolverlas.
