Ciudad de México.
El arranque de 2025 ha traído consigo un escenario de presión económica para los mexicanos, marcado por el alza del 4,5 % en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y el incremento en los precios de combustibles y productos básicos como refrescos y tabaco. Estas medidas se suman al debilitamiento del peso frente al dólar, que cerró 2024 con una depreciación del 22,5 %, complicando aún más el panorama inflacionario y financiero del país.
Combustibles más caros, pese a subsidios
La Secretaría de Hacienda anunció estímulos fiscales para los combustibles más consumidos:
- La gasolina magna recibirá un subsidio de 23 centavos por litro, dejando el IEPS en 6,22 pesos en lugar de 6,45 pesos.
- El diésel tendrá un apoyo menor, con una reducción de menos de un centavo en la cuota IEPS.
A pesar de estos estímulos, los precios se han elevado significativamente:
- Magna: 24,04 pesos por litro.
- Premium: 25,38 pesos por litro (sin subsidio).
- Diésel: 25,73 pesos por litro.
El aumento en los costos de combustibles afecta directamente al transporte, la logística y la producción, generando un impacto en cascada que eleva los precios finales al consumidor.
Productos de consumo, también al alza
El aumento del IEPS no solo afecta a los combustibles. Productos básicos como refrescos y tabaco también se encarecen:
- Refrescos: Incremento de 1,64 pesos por litro, llevando una Coca-Cola de tres litros de 48 pesos a 53 pesos.
- Tabacos: La cuota por cigarro sube, elevando el precio de una cajetilla de 20 unidades de 83 pesos a 95 pesos.
Estos ajustes no solo representan un golpe directo al bolsillo de las familias, sino que también reflejan el impacto inflacionario de las políticas fiscales implementadas por el Gobierno.
El peso débil y la relación con los precios
La depreciación del peso, que cerró 2024 con una cotización de 20,88 pesos por dólar, agrava la situación. Un peso más débil encarece las importaciones, incluyendo los insumos necesarios para la producción y distribución de alimentos y productos básicos. Esto, combinado con el aumento del IEPS, incrementa los costos de operación para las empresas y, en última instancia, para los consumidores finales.
Amenazas externas y retos internos
El panorama se complica aún más con la victoria de Donald Trump, quien ha prometido imponer aranceles del 25 % a las exportaciones mexicanas. Estas amenazas generan incertidumbre económica y financiera, impactando la inversión extranjera y la estabilidad de los mercados.
Por otro lado, los cambios estructurales implementados por el Gobierno, como las reformas constitucionales y la eliminación de organismos autónomos, han generado dudas sobre la seguridad jurídica y la estabilidad regulatoria, factores clave para el crecimiento económico.
Panorama 2025
El inicio de 2025 plantea desafíos significativos:
- Control de la inflación: Será crucial implementar políticas para estabilizar los precios, especialmente en bienes de consumo esenciales.
- Fortalecimiento del peso: Un enfoque en atraer inversiones y generar confianza en los mercados podría ayudar a frenar la depreciación de la moneda.
- Relación con Estados Unidos: La diplomacia será fundamental para evitar políticas proteccionistas que afecten aún más la economía mexicana.
El Remate
El alza en los precios de combustibles y productos básicos, junto con un peso debilitado, pone en evidencia la necesidad de estrategias económicas sólidas y coherentes. El reto para el Gobierno será no solo mitigar los impactos inmediatos, sino también generar confianza y estabilidad para un 2025 que comienza con importantes desafíos económicos y financieros.