Guerra comercial escala entre EE.UU. y China

Wall Street repunta, la OMC alerta y México recibe a un embajador con perfil de combate

Washington.

En un nuevo episodio de alta tensión geoeconómica, la guerra comercial entre Estados Unidos y China entró en una fase aún más agresiva con el anuncio del presidente Donald Trump de elevar al 125% los aranceles a productos chinos, en respuesta al aumento al 84% que impuso Pekín a bienes estadounidenses. La escalada, que parece lejos de encontrar una salida diplomática, sacude el orden comercial global, al tiempo que deja a México en una posición crítica con un nuevo embajador estadounidense de perfil militar.

OMC lanza advertencia: “Esto puede destruir el comercio global”

La directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala, alertó que las tensiones entre Washington y Pekín podrían contraer el comercio bilateral hasta en un 80%, y causar una caída de hasta el 7% del PIB real mundial, cifras que de confirmarse arrastrarían a una recesión global sin precedentes desde 2008.

“Lo que estamos viendo es más que un desacuerdo comercial. Es una fractura estructural del sistema multilateral de comercio, con implicaciones profundas y duraderas para las cadenas de valor, la estabilidad y el crecimiento”, advirtió Okonjo-Iweala en Ginebra.

China acusó directamente a EE.UU. ante la OMC de violar normas comerciales internacionales y priorizar intereses políticos en detrimento del comercio justo, asegurando que responderá con “voluntad firme y recursos abundantes” a cualquier nueva restricción.

Wall Street sube… pero el riesgo permanece

A pesar de la tormenta geopolítica, los mercados bursátiles estadounidenses reaccionaron momentáneamente al alza, animados por la suspensión temporal de aranceles por 90 días para países que no respondieron con represalias.

  • El Dow Jones ganó un 0.29%,
  • el S&P 500 subió un 0.57%,
  • mientras que el Nasdaq lideró con un repunte del 1.27%.

Sin embargo, la euforia es contenida. Analistas ya advierten que los costos para el consumidor estadounidense aumentarán debido a aranceles que afectan productos como tecnología, ropa, alimentos y medicamentos. La Cámara de Comercio de la Unión Europea en China dijo que las empresas europeas también deberán replantear sus modelos de exportación ante un “nuevo entorno de negocios global altamente hostil y costoso”.

Embajador con perfil de combate llega a México: ¿nuevo frente diplomático?

En medio del caos económico global, el Senado de EE.UU. ratificó a Ronald Johnson como nuevo embajador en México, un ex boina verde y exembajador en El Salvador durante el primer mandato de Trump. Su perfil no es diplomático tradicional: Johnson ha declarado que contempla incluso “acciones militares” contra los cárteles mexicanos, incluyendo bombardeos selectivos en territorio nacional.

Estas declaraciones, hechas durante su audiencia de confirmación, provocaron una respuesta inmediata de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien las calificó como “una violación directa a la soberanía nacional”.

Aunque la Casa Blanca aclaró que México y Canadá no serán objeto de nuevos aranceles del 10% anunciado globalmente, la designación de Johnson parece apuntar hacia una estrategia de presión híbrida, donde el comercio, la seguridad y la política migratoria podrían mezclarse en una receta volátil.

Un nuevo orden comercial incierto

Estados Unidos ha dejado claro que quiere redefinir el comercio global con reglas propias, en las que “Estados Unidos primero” no es un eslogan, sino un principio operativo. China ha respondido con fuerza. La UE intenta contener el daño. México, mientras tanto, queda atrapado entre los dos gigantes, obligado a defender sus intereses en un entorno donde la diplomacia está cediendo espacio a la confrontación.

Y con un embajador en puerta que habla de “todas las cartas sobre la mesa”, incluso las militares, la relación bilateral México–EE.UU. podría entrar en un nuevo capítulo de alta tensión, justo cuando el país atraviesa su propio momento económico frágil y una agenda interna cargada de incertidumbre.

En este ajedrez geopolítico de alto riesgo, lo que está en juego ya no es solo el comercio, sino la estabilidad global misma.