Con información de la agencia EFE
La economía global se adentra en aguas turbulentas. Las advertencias del Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) convergen en un mismo diagnóstico: el crecimiento económico mundial se desacelera, golpeado por el recrudecimiento de la guerra arancelaria impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump.
Un frenazo en la economía global
El Banco Mundial (BM) anticipó este miércoles un escenario claro: “habrá un crecimiento más lento en los próximos meses como resultado de la incertidumbre y la volatilidad que provoca esta confrontación comercial”, afirmó Ajay Banga, presidente del BM, en vísperas de las reuniones de primavera con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Banga instó a los países a apostar por el diálogo y la negociación, al subrayar que “las economías abiertas son más resistentes a las crisis”. No obstante, reconoció que la creciente imposición de aranceles, especialmente por parte de Estados Unidos, paraliza decisiones de inversión y debilita la competitividad de las naciones en desarrollo.
En ese sentido, la OMC redujo su proyección de crecimiento del comercio mundial para 2025, pasando de 2.7 % a una contracción del 0.2 %, y advirtió que si se activan nuevos aranceles como los denominados “recíprocos” —que Trump amenaza con aplicar— el comercio global podría caer hasta -1.5 %.
Trump y la disociación comercial global
La jefa de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, calificó la actual situación de un verdadero «desacoplamiento» entre las dos principales economías del mundo: Estados Unidos y China. Esta ruptura del entramado comercial bilateral podría alcanzar una caída del 91 % en el comercio entre ambas potencias, con consecuencias de arrastre para el resto del mundo.
Este entorno de confrontación ha llevado al presidente Trump a impulsar aranceles adicionales, incluso en sectores altamente sensibles como los semiconductores y el sector automotriz —que afectan directamente a Canadá, México y otros socios del T-MEC—, exacerbando la incertidumbre global.
La ONU advierte: recesión a la vista
La agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) no fue menos contundente. Su informe más reciente estima que el crecimiento del PIB mundial será de apenas 2.3 % en 2025, muy por debajo del promedio de los años anteriores.
“Un crecimiento inferior al 2.5 % ya se considera señal de recesión global”, señaló el documento, subrayando que la economía internacional enfrenta su mayor nivel de incertidumbre política en lo que va del siglo, incluso por encima de la vivida en la pandemia de COVID-19.
UNCTAD también proyecta un fuerte descenso en el crecimiento de Estados Unidos (del 2.8 % al 1 %), de China (del 5 % al 4.4 %) y una leve mejora en Europa (de 0.9 % a 1 %).
México: atrapado entre dos fuegos
En este contexto, México no está exento del impacto. El país, que depende de manera crucial de sus exportaciones a EE.UU., comienza a mostrar signos de desaceleración económica, afectado por:
- La imposición de aranceles estadounidenses, tanto vigentes como los nuevos anuncios (autos, acero, aluminio, y más recientemente tomates y partes electrónicas).
- La incertidumbre interna, con decisiones políticas que han generado dudas en el entorno empresarial, como la reforma al Poder Judicial y la falta de claridad en la política industrial.
- Una caída en la confianza de los inversionistas internacionales, reflejada en el desplome de México al lugar 25 en el índice de confianza de inversión extranjera directa, de acuerdo con la firma Kearney.
Además, como ya advirtió el Banco de México, la actividad económica nacional se contrajo en el último trimestre de 2024, y los indicadores del primer trimestre de 2025 no muestran una recuperación clara.
Un contexto adverso para los empresarios
La combinación de estos factores impacta directamente en las empresas mexicanas, en especial a las PyMEs, que enfrentan menor demanda externa, mayor volatilidad en precios de insumos y una creciente carga financiera por la inflación y tasas elevadas.
El sector empresarial empieza a encender alertas, mientras el Gobierno Federal minimiza el entorno o se limita a celebraciones sobre datos agregados de inversión que no reflejan nuevas llegadas, sino reinversiones de empresas ya asentadas.
El mundo se desacelera
En medio de este panorama global sombrío, los organismos multilaterales coinciden: la guerra comercial iniciada por Estados Unidos tiene costos reales, globales y duraderos. El mundo se desacelera, el comercio se fragmenta y la incertidumbre mina la confianza de inversionistas y empresarios.
México, como economía abierta y dependiente del comercio, debe reaccionar con firmeza, estrategia y unidad. La política arancelaria de Trump no es un episodio aislado; es una señal del nuevo orden económico global donde, si no se actúa con visión, el país puede quedarse rezagado.