Crisis en la Administración Municipal de Torreón: ¿Falta de Control o Golpe Político?

El alcalde tiene en sus manos la oportunidad de corregir el rumbo y demostrar que sigue teniendo el control de su gobierno.

Torreón, Coahuila.

En los últimos días, la administración municipal de Torreón ha estado bajo la lupa, no solo por la incertidumbre que impera en algunas áreas clave del Ayuntamiento, sino también por el escándalo en el que se ha visto envuelto el secretario del Ayuntamiento, José Elías Ganem Guerrero, tras una riña a las afueras de un bar.

El gobierno municipal, al igual que cualquier empresa, requiere de una gestión eficiente y un control estricto sobre sus operaciones y su personal. No obstante, lo que se ha observado recientemente deja mucho que desear en términos de gobernabilidad y disciplina interna. Apenas han transcurrido unos meses de esta administración, y ya hay señales preocupantes sobre la forma en que se manejan los asuntos internos del Ayuntamiento.

Descontrol en el Área de Servicios Administrativos

De acuerdo con trabajadores que han preferido mantener el anonimato por temor a represalias, cinco empleados sindicalizados y al menos seis de confianza fueron puestos a disposición sin una explicación clara. Esto ha generado un clima de incertidumbre entre los empleados, quienes señalan que algunas áreas intentan imponer nuevos proveedores sin autorización del encargado de Servicios Administrativos.

Rosalba Silerio, líder sindical de los trabajadores de la Presidencia Municipal, confirmó que recibió reportes de estos cambios abruptos, lo que ha llevado a una creciente preocupación entre el personal que ha trabajado en diferentes administraciones municipales, sin importar el partido en el poder.

Por su parte, el Tesorero Municipal, Óscar Luján, aseguró que no habrá problemas con los sindicalizados, pero reconoció que se han tomado decisiones que parecen responder más a pugnas internas que a una estrategia clara de administración.

El Escándalo en el Bar Reyes: ¿Un Problema Mayor?

En paralelo, el secretario del Ayuntamiento, José Elías Ganem Guerrero, se encuentra en el centro de la controversia luego de ser señalado en una riña ocurrida la madrugada del 16 de marzo a las afueras de la Cantina Reyes, en el sector Fresno. En videos difundidos en redes sociales, se le identifica junto a sus escoltas y otras personas golpeando a jóvenes, entre ellas una mujer.

A pesar de que Ganem ha negado su participación, asegurando que solo intentó calmar la situación, una de las afectadas, Andrea Llorens, desmintió sus declaraciones, asegurando que los videos muestran claramente su responsabilidad.

El alcalde Román Alberto Cepeda González ha pedido que se deslinden responsabilidades y que la Fiscalía actúe con rapidez, aunque también ha señalado que detrás de la mediatización del caso pueden existir intereses políticos.

«He visto claramente las evidencias, pero no soy juez ni Fiscalía. Lo único que solicitaría es que se haga una investigación pronta para que se deslinden responsabilidades. Si hay culpables, que se aplique el peso de la ley, sean funcionarios o no», declaró Cepeda González.

Sin embargo, el caso ha tomado un giro más complejo, ya que una de las jóvenes afectadas en la riña, Renata Llorens, es asistente del regidor panista Sergio Lara Galván, lo que ha llevado a especulaciones sobre un posible trasfondo político en la polémica.

¿Es Hora de que el Alcalde Retome el Control?

Los recientes acontecimientos en el Ayuntamiento reflejan una administración que, en materia de gestión del personal y control interno, está dejando mucho que desear. Para un gobierno municipal, al igual que para una empresa, la disciplina, la estructura y la toma de decisiones estratégicas son fundamentales para mantener el orden y la confianza ciudadana.

El alcalde Román Alberto Cepeda González tiene en sus manos la oportunidad de corregir el rumbo y demostrar que sigue teniendo el control de su gobierno. Si no toma medidas ejemplares, corre el riesgo de que la administración municipal se debilite aún más y pierda credibilidad ante la ciudadanía y el sector empresarial.

Torreón no puede permitirse un gobierno inestable, especialmente en un momento donde la atracción de inversión y el desarrollo económico requieren una administración fuerte, eficiente y sin escándalos.

Esperemos que el alcalde dé un manotazo en la mesa y ponga orden cuanto antes, porque lo que está en juego no es solo su gobierno, sino la confianza de los torreonenses en sus instituciones.