Ciudad de México.
En un movimiento inédito, el Gobierno de México, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, firmó un acuerdo con empresarios gasolinaros para establecer un precio máximo voluntario de 24 pesos por litro en la gasolina Magna . Esta medida, que tendrá una vigencia inicial de seis meses, busca contener el impacto del alza en los combustibles sobre la economía de las familias mexicanas.
«Hoy firmamos un acuerdo histórico con gasolinaros para establecer de manera voluntaria el precio máximo de 24 pesos en la gasolina Magna. Protegemos la economía de las familias» , declaró Sheinbaum a través de su cuenta de X.
El pacto denominado «Política Nacional para Promover la Estabilización del Precio de la Gasolina”, firmado por Pemex, importadores, comercializadores y transportistas, pretende dar estabilidad al mercado de combustibles sin imponer una regulación forzosa. Sin embargo, expertos han señalado que el acuerdo presenta varias incógnitas y potenciales riesgos a mediano y largo plazo.
¿Burbuja de estabilidad o distorsión del mercado?
El precio de la gasolina en México depende de múltiples factores, entre ellos la oferta y demanda internacional, los costos logísticos y los estímulos fiscales. De acuerdo con el portal PETROIntelligence, antes de la firma del acuerdo el precio promedio nacional de la gasolina Magna era de 24.23 pesos por litro, lo que significa que la diferencia con el nuevo tope es mínima.
Sin embargo, la falta de diferenciación de precios entre entidades federativas podría generar distorsiones, pues el costo de distribución varía significativamente entre estados. Transportar gasolina desde EE.UU. a Quintana Roo es mucho más costoso que a Nuevo León, lo que podría llevar al cierre de estaciones en regiones donde el margen de ganancia se reduzca o incluso a incentivar el mercado negro de combustible, mejor conocido como huachicol.
Los gasolinaros aceptan, pero ¿qué pasará después de seis meses?
Si bien el acuerdo establece revisiones periódicas para evaluar su impacto, el gran interrogante es qué sucederá cuando termine el plazo de seis meses. La estabilización de precios dependerá, en gran medida, de los subsidios fiscales otorgados por la Secretaría de Hacienda mediante el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
Este tipo de medidas han sido utilizadas en el pasado para mitigar incrementos abruptos en el precio de los combustibles, pero su sostenibilidad dependerá de la capacidad financiera del gobierno para seguir absorbiendo costos sin afectar las finanzas públicas.
Cabe recordar que en 2022, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador utilizó un esquema similar para evitar aumentos en el precio de la gasolina, con un costo fiscal superior a los 430 mil millones de pesos en subsidios.
Un plan recaudatorio o una estrategia de control de inflación
Al analizar este acuerdo dentro del contexto más amplio de la política económica de Sheinbaum, parece alinearse con un intento de control de la inflación más que con una estrategia de largo plazo para reducir la volatilidad de los combustibles.
Algunos analistas han planteado que, en combinación con los recientes aranceles a México y Canadá por parte de Donald Trump, esta estrategia podría ser una forma de «comprar tiempo» antes de tomar decisiones estructurales sobre los combustibles.
Además, el hecho de que las estaciones de servicio en zonas fronterizas queden exentas de este acuerdo, debido a estímulos fiscales diferenciados, sugiere que se reconoce implícitamente que el control de precios no es una solución universal.
¿Una solución temporal o una bomba de tiempo?
Si bien el acuerdo podría dar un respiro a los consumidores en el corto plazo, queda la duda sobre qué pasará cuando termine el plazo y los costos acumulados de este control de precios se hagan evidentes.
¿Podrá el gobierno seguir subsidiando el IEPS sin afectar las finanzas públicas?
¿Se generará un desabasto de gasolina en ciertas regiones debido a la falta de incentivos para vender a precios regulados?
¿Es este acuerdo una estrategia sostenible o simplemente un paliativo electoral?
Por ahora, el gobierno de Sheinbaum ha logrado estabilizar el precio de la gasolina en una burbuja de seis meses. La pregunta es ¿qué pasará cuando esta burbuja se estalle?