Alerta global de la OIT: desigualdad extrema erosiona la confianza en gobiernos y empresas

Mientras el 1% concentra el 38% de la riqueza mundial, México enfrenta tensiones comerciales, sanciones financieras y un frágil panorama económico

Ciudad de México.

Tres décadas después de la primera Cumbre para el Desarrollo Social, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que el planeta es hoy más próspero, sano y educado que en 1995, pero con desigualdades que siguen siendo estructurales y alarmantes. El nuevo informe de justicia social revela que el 1% más rico concentra el 38% de la riqueza global, mientras que 800 millones de personas viven con menos de tres dólares al día, un escenario que mina la confianza de ciudadanos e inversionistas en gobiernos, sindicatos y empresas.

El estudio llega en un momento clave: a pocas semanas de la cumbre de Doha, con una economía global presionada por la triple transición ambiental, digital y demográfica, factores que reconfigurarán cadenas de valor, empleos y modelos productivos.

Riesgos globales para el capital y la inversión

El reporte de la OIT alerta que la transición hacia energías limpias, aunque generará 24 millones de nuevos empleos, destruirá seis millones en sectores fósiles, afectando a comunidades enteras y a la cadena de proveeduría. A ello se suma la disrupción digital: la inteligencia artificial generativa transformará hasta una cuarta parte de los empleos actuales, impactando con fuerza en sectores administrativos donde predominan mujeres.

“Cada vez más gente siente que su esfuerzo no está siendo premiado y la sociedad es injusta”, señala el organismo, advirtiendo sobre un “contrato social en deterioro” que puede derivar en tensiones sociales y mayor volatilidad política.

México bajo la lupa internacional

En este contexto, México enfrenta presiones adicionales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya proyectó una desaceleración en 2025, en línea con las advertencias de analistas internacionales, derivada de los aranceles de Donald Trump y la caída en la confianza empresarial. La reciente sanción de Estados Unidos contra tres instituciones financieras mexicanas acusadas de operaciones ilícitas profundiza la percepción de riesgo sobre el sistema financiero nacional.

El país también enfrenta un huachicol fiscal con implicaciones políticas, lo que aumenta la incertidumbre de inversionistas internacionales que observan un deterioro en el Estado de derecho y en la competitividad regulatoria.

La visión de la OCDE

A pesar de ello, la OCDE revisó al alza sus estimaciones para México y prevé un crecimiento de 0.8% en 2025 y 1.3% en 2026, cifras que lo ubican entre las economías más rezagadas del G20, solo por encima de Alemania, Francia e Italia. Para Estados Unidos, el principal socio comercial, proyecta una desaceleración a 1.8% en 2025 y 1.5% en 2026, con efectos directos en el comercio regional.

El economista jefe de la OCDE, Álvaro Pereira, advirtió que “los grandes afectados por la política arancelaria de Trump van a ser Estados Unidos por sus costos de producción, y tanto México como Canadá por su dependencia de las exportaciones”.

Un entorno de máxima tensión para la inversión

El mensaje es claro: la desigualdad global y las tensiones comerciales configuran un escenario de alto riesgo. Para México, el reto no es solo defenderse de los aranceles estadounidenses, sino reconstruir confianza en su sistema financiero, fortalecer el Estado de derecho y garantizar certidumbre regulatoria.

La próxima cumbre en Doha y la revisión del T-MEC en 2026 se perfilan como hitos que determinarán si México y la región logran recuperar terreno en un mundo donde el capital busca entornos de estabilidad, seguridad y competitividad

Con Información de EFE