Washington, D.C.
El senador Marco Rubio, nominado por Donald Trump como próximo secretario de Estado, delineó en su audiencia de confirmación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado la estrategia diplomática que podría marcar el retorno de Trump a la Casa Blanca. Rubio abordó temas críticos para la política exterior de Estados Unidos, incluyendo la guerra en Ucrania, el narcotráfico en México, la relación con China y los regímenes de Cuba y Venezuela. Sus declaraciones reflejan una mezcla de pragmatismo y dureza que busca reposicionar a Estados Unidos en el escenario global.
Un acercamiento pragmático a México y la lucha contra los carteles
En un gesto de apertura, Rubio expresó su esperanza de trabajar de manera cooperativa con México para combatir al crimen organizado, señalando que los cárteles del narcotráfico son una amenaza binacional. Aunque no descartó la posibilidad de designarlos como organizaciones terroristas, prefirió resaltar la importancia de la colaboración entre ambos gobiernos.
Este guiño diplomático ocurre en un contexto donde el gobierno mexicano, liderado por Claudia Sheinbaum, ya ha mostrado señales de alineamiento con la administración entrante, como el reciente lanzamiento del Plan México. Este plan, centrado en la industrialización y la integración económica regional, ha sido percibido como una señal de disposición para fortalecer la relación con Estados Unidos bajo Trump.
Ucrania y Rusia: el fin de una guerra prolongada
Rubio calificó de inaceptable la invasión rusa de Ucrania, pero subrayó que la guerra debe llegar a su fin. Apeló a una “diplomacia audaz” que busque concesiones mutuas entre ambas partes, dejando claro que ni Rusia puede conquistar toda Ucrania ni este último país puede aspirar a recuperar completamente sus fronteras previas a 2022.
Esta postura refleja una estrategia pragmática que podría cambiar el rumbo del conflicto. Sin embargo, la insistencia de Rubio en que Estados Unidos debe detallar claramente los objetivos de su apoyo a Ucrania contrasta con el enfoque de la administración saliente de Joe Biden.
Firmeza frente a Cuba y Venezuela
El futuro secretario de Estado dejó clara su posición frente a Cuba, calificándola como un Estado promotor del terrorismo y abriendo la puerta a revertir decisiones de la administración Biden que suavizaron las sanciones contra la isla. Rubio destacó los lazos de La Habana con actores internacionales como Irán y grupos terroristas, así como su papel en la desestabilización de la región.
En cuanto a Venezuela, Rubio señaló que el país no está gobernado por un gobierno legítimo, sino por una “organización de narcotráfico”. Además, criticó las licencias otorgadas a empresas extranjeras como Chevron para operar en territorio venezolano, acusando al régimen de Nicolás Maduro de no cumplir sus compromisos.
China y el Canal de Panamá: un frente estratégico
Rubio reafirmó su apoyo a Taiwán mediante la estrategia del “puercoespín”, que busca disuadir a China de invadir la isla al elevar los costos de una acción militar. También denunció la creciente influencia de China en el Canal de Panamá, sugiriendo que podría haber violaciones a los términos del acuerdo de entrega del canal a los panameños.
La postura de Trump y Rubio hacia el canal resalta su estrategia de reposicionar a Estados Unidos como un líder global en un mundo multipolar. Las amenazas de Trump de recuperar el control del canal podrían desatar tensiones con Panamá y China, y su mención refleja la importancia estratégica que esta vía mantiene para el comercio internacional.
Un mensaje para los empresarios y el panorama global
La agenda de Rubio plantea preguntas cruciales para los empresarios mexicanos y estadounidenses. La cooperación en seguridad podría abrir puertas a una mayor certidumbre en inversiones transfronterizas, mientras que los posibles conflictos comerciales y diplomáticos con China podrían alterar las cadenas globales de suministro.
Además, las señales de alineamiento entre México y Estados Unidos, evidenciadas por el Plan México, podrían consolidar la región como un bloque estratégico ante el ascenso económico de Asia. Sin embargo, la incertidumbre sobre aranceles y medidas unilaterales de Trump genera preocupación en los mercados.
La audiencia de confirmación de Rubio deja claro que la política exterior del próximo gobierno buscará restaurar el protagonismo estadounidense, pero con una visión marcada por la confrontación estratégica y la cooperación selectiva. ¿Será esta la fórmula para un liderazgo global efectivo o el inicio de nuevas tensiones internacionales? El tiempo lo dirá.