Aumento al salario mínimo 2025: ¿Una victoria para los trabajadores o una amenaza inflacionaria?

Con costos laborales incrementados, muchos empresarios se ven obligados a ajustar precios para absorber los costos adicionales.

Ciudad de México.

El inicio de 2025 marca un incremento al salario mínimo en México, anunciado por el Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami). A partir del 1 de enero, el salario mínimo general aumentará un 12%, llegando a 278.80 pesos diarios en la Zona del Salario Mínimo General (ZSMG) y a 419.88 pesos diarios en la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN).

Este incremento se integra por tres componentes: el salario vigente de 2024, un Monto Independiente de Recuperación (MIR) de 12.85 pesos para la ZSMG y 19.36 pesos para la ZLFN, y un aumento del 6.5% como fijación general. Pero ¿a qué costo se logra esta recuperación del poder adquisitivo?

Un respiro para los trabajadores

Desde 2017, el MIR ha sido un mecanismo clave para combatir la erosión del poder adquisitivo en México, permitiendo que el salario mínimo supere significativamente la inflación acumulada en los últimos años. Este avance es vital en un país donde la canasta básica sigue siendo inaccesible para millones de personas, y donde los trabajadores en el nivel más bajo de la escala salarial enfrentan dificultades para satisfacer necesidades básicas.

En octubre de 2024, se reportó que el 10% de los trabajadores que menos ganan experimentaron un aumento salarial promedio del 13.7% en la ZSMG. Estas cifras son alentadoras para quienes dependen del salario mínimo para sobrevivir.

El lado oscuro: la presión sobre los empleadores

Para los empresarios, especialmente las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), el aumento representa una carga considerable. Con costos laborales incrementados, muchos empresarios se ven obligados a ajustar precios para absorber los costos adicionales. Esto en un contexto donde los combustibles y la depreciación del peso han ejercido presión inflacionaria en meses recientes.

La historia reciente de México no es ajena a los ciclos inflacionarios: en 2024, la inflación cerró en 4.76%, pero el aumento al salario mínimo podría añadir un nuevo combustible a este fenómeno. Si bien el Banco de México pronostica una inflación controlada para el próximo año, el impacto del aumento salarial en los precios aún está por verse.

¿Qué tan fundamentada está la decisión?

El Consejo de Representantes señala que sus decisiones están basadas en estudios técnicos que evalúan factores como la evolución económica, el mercado laboral y el costo de vida. Sin embargo, surge la pregunta: ¿qué tan completos son estos análisis? Si bien es cierto que el aumento salarial busca un balance entre la justicia social y la estabilidad económica, no está claro si las proyecciones consideran completamente las repercusiones sobre la inflación y el impacto en la competitividad de las empresas.

¿Estamos en camino a una inflación mayor?

El debate persiste. Aunque el aumento al salario mínimo es bien recibido por los trabajadores, su potencial para desencadenar una espiral inflacionaria no puede ignorarse. Con un peso depreciado y el costo de los combustibles al alza, México podría enfrentarse a un escenario económico más complejo, donde los beneficios del aumento salarial se vean diluidos por el aumento en los precios.

El ajuste

Este incremento es, sin duda, una victoria para los trabajadores, pero plantea retos significativos para los empresarios. La pregunta que queda en el aire es si México podrá manejar el delicado balance entre justicia social y estabilidad económica en los meses venideros. Como siempre, el tiempo será el mejor juez.