Ciudad de México.
En su último informe, el INEGI dio a conocer que el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) registró una caída mensual de 0.7 % en octubre de 2024, marcando una desaceleración preocupante en el desempeño económico nacional. Las actividades primarias y secundarias fueron las más golpeadas, mientras que las terciarias lograron mantenerse estables, lo que deja un panorama desigual para el cierre del año.
Un descenso con múltiples implicaciones
La disminución mensual del IGAE se vio liderada por un retroceso del 2.6 % en las actividades primarias, como la agricultura y la cría de animales. Este grupo fue el más afectado, lo que podría atribuirse a factores estacionales y a problemas estructurales, como la falta de inversión en infraestructura agrícola y los desafíos climáticos. Además, las actividades secundarias, que incluyen la manufactura y la construcción, cayeron un 1.2 %, reflejando un entorno de debilidad industrial. En contraste, las actividades terciarias, que abarcan comercio y servicios, no mostraron cambios significativos en el periodo mensual.
A nivel anual, el IGAE registró una disminución del 0.3 %. Las actividades primarias se contrajeron un 4.7 % y las secundarias un 3.3 %, mientras que las terciarias lograron un crecimiento del 1.6 %. Este comportamiento subraya la resiliencia del sector servicios frente a la debilidad de los sectores agrícola e industrial.
Impactos y preocupaciones económicas
La contracción de las actividades primarias y secundarias genera inquietud, ya que afecta directamente a sectores clave de la economía mexicana. La caída en la industria manufacturera, por ejemplo, puede impactar negativamente las exportaciones, un componente esencial del crecimiento económico. Además, la construcción, que reportó una disminución del 8.5 % en comparación con el año pasado, enfrenta retos significativos, como la incertidumbre en políticas públicas y un entorno de inversión menos favorable.
La estabilidad de las actividades terciarias ofrece un respiro limitado, ya que, aunque sectores como comercio al por menor crecieron un 6.5 %, la falta de dinamismo en otros servicios puede limitar su capacidad para compensar las caídas en los otros sectores.
El panorama general de México
El informe del IGAE llega en un contexto económico marcado por factores internos y externos. En el ámbito doméstico, la incertidumbre política y la polarización legislativa generan un ambiente de cautela entre inversionistas. Externamente, las tensiones comerciales con Estados Unidos, particularmente ante las amenazas de aranceles por parte del presidente electo Donald Trump, añaden una capa de presión adicional sobre la economía nacional.
Además, la caída de la actividad secundaria es preocupante, ya que este sector es un termómetro directo de la demanda externa y del impacto del fenómeno del nearshoring, el cual ha sido una esperanza para México en términos de inversión extranjera.
¿Qué significa esto para 2025?
La desaceleración de octubre podría ser un preludio de desafíos mayores para 2025, un año que México afrontará con la necesidad de estimular la inversión y la productividad en sectores estratégicos. Si bien el crecimiento del sector terciario es alentador, no será suficiente para contrarrestar los efectos de la caída en los otros componentes del IGAE.
Las autoridades deberán enfocarse en políticas que fortalezcan la confianza del sector privado y que atiendan las vulnerabilidades de los sectores primario y secundario. Además, los próximos meses serán cruciales para mitigar los efectos de un entorno internacional adverso y fomentar la resiliencia económica.
El panorama actual no es solo una llamada de atención, sino un recordatorio de la necesidad de una estrategia económica integral que permita a México sortear los desafíos de corto y mediano plazo.