México, intermediario en la estrategia migratoria de Trump: ¿solución o carga desproporcionada?

México ha insistido en que las repatriaciones deben realizarse directamente a los países de origen, evitando que los deportados sean enviados a territorio mexicano.

Ciudad de México.

 En un esfuerzo por gestionar las deportaciones masivas anunciadas por Donald Trump, el Gobierno de México ha adoptado un papel de intermediario en Latinoamérica, dialogando con países de la región para que reciban directamente a sus ciudadanos deportados desde Estados Unidos, evitando que México asuma esa responsabilidad de manera exclusiva.

La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que el canciller Juan Ramón de la Fuente está liderando conversaciones con gobiernos de Centroamérica y otras naciones latinoamericanas para establecer acuerdos que permitan una distribución directa de los migrantes deportados. “Siempre vamos a estar cerca de América Latina”, afirmó la mandataria, aunque advirtió que la prioridad será atender a los deportados mexicanos.

El dilema de la intermediación

La estrategia parece responder a las advertencias de Trump, quien reiteró su intención de implementar deportaciones masivas desde su primer día en el poder. Sin embargo, esto coloca a México en una posición compleja: actuar como un «puente logístico» para canalizar a los migrantes a sus países de origen es una tarea titánica que podría desbordar los recursos y capacidades del gobierno mexicano.

México ha insistido en que las repatriaciones deben realizarse directamente a los países de origen, evitando que los deportados sean enviados a territorio mexicano. Sin embargo, la realidad de los acuerdos bilaterales en curso plantea una posible concesión en la que México asumiría la logística inicial de las deportaciones.

Un peso económico y humanitario

La amenaza de Trump afecta no solo las relaciones diplomáticas, sino también el tejido económico y social de México. Con cerca de la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos siendo mexicanos, las deportaciones masivas podrían impactar directamente en las remesas, que representan casi el 4 % del PIB nacional. Este año se estima que las remesas alcancen un récord de 65.000 millones de dólares, una cifra que podría disminuir si se materializan las expulsiones.

Además, el incremento del tránsito migratorio en México añade una presión significativa. Entre enero y agosto de este año, el país detectó más de 925.000 migrantes irregulares, un aumento interanual del 132 %. Esta crisis humanitaria exacerba los desafíos logísticos y de recursos, especialmente si México debe actuar como un intermediario regional.

¿Una solución viable o una carga desproporcionada?

La estrategia de la cancillería y la presidencia busca evitar que México se convierta en un «tercer país seguro» de facto, una etiqueta rechazada repetidamente por el gobierno mexicano. Sin embargo, la tarea de coordinar deportaciones con múltiples países y garantizar un trato humanitario para los migrantes parece una misión casi imposible.

La postura de Sheinbaum, que prioriza a los deportados mexicanos, plantea preguntas sobre la capacidad del gobierno para manejar simultáneamente las demandas de Estados Unidos y las de América Latina. Mientras tanto, Trump parece consolidar su plan migratorio bajo la premisa de que México debe asumir el rol principal en contener y redistribuir el flujo migratorio.

Una carga compartida

Aunque la colaboración regional podría aliviar parcialmente el peso sobre México, las negociaciones con Centroamérica y el Caribe plantean retos políticos y logísticos. Las naciones receptoras necesitarán garantías económicas y diplomáticas para aceptar deportados, un costo que recaerá inevitablemente en el gobierno mexicano.

En este escenario, México se enfrenta a una paradoja: ser el puente necesario para gestionar la crisis migratoria, pero cargar con el peso de una estrategia unilateral diseñada en Washington. La pregunta clave sigue siendo si esta intermediación beneficiará a México o si simplemente reforzará su papel como amortiguador en la compleja relación migratoria con Estados Unidos.

Política
Equipo de Reducción e Investigación

Reconocen y fortalecen «La Ola» en Torreón: trabajadores reciben reconocimiento por su labor

Torreón, Coahuila. En una emotiva reunión, el alcalde Román Alberto Cepeda González anunció un aumento salarial para los más de 550 trabajadores que conforman «La Ola», el programa insignia de limpieza y mantenimiento urbano de Torreón. Durante el evento, celebrado la mañana del martes, el edil destacó la importancia de su labor para mantener limpia y digna la imagen de la ciudad, además de entregar reconocimientos a los integrantes que han estado desde el inicio del programa en 2022. El alcalde agradeció particularmente a los 143 trabajadores fundadores de «La Ola», reconociendo su esfuerzo constante y dedicación. Entre ellos, destacó a María Cristina Arroyo Arreola, Alfonso Robles Mota, Claudia Silva Portillo, Eshgar Job Morón García, José Luis Ramírez Soto y Nohemí Morones Lozano, quienes recibieron un reconocimiento en representación de sus compañeros. La labor de «La Ola», un ejemplo a nivel nacional Cepeda González resaltó que el trabajo de «La Ola» no solo es reconocido por los torreonenses, sino también por visitantes y funcionarios de otras entidades. “Incluso secretarios a nivel nacional han destacado la limpieza de Torreón”, comentó. Para el alcalde, este programa es más que un proyecto; es una muestra de cómo el trabajo en equipo puede transformar la ciudad. “Cuando hacemos las cosas con el corazón, con coordinación y con un sentido de pertenencia, logramos resultados como los que hoy vemos en Torreón”, señaló Cepeda González. Impacto tangible en la ciudad Desde su creación, «La Ola» ha recolectado 34 mil toneladas de residuos y ha contribuido a la limpieza de calles, parques y plazas. Estas acciones complementan los proyectos de infraestructura realizados durante la administración anterior, como la rehabilitación de 450 plazas y la construcción de 60 más. Cepeda subrayó que mantener estos espacios limpios y dignos es tan importante como construirlos. “Que la ciudadanía vea que no solo nos preocupamos por hacer obras, sino por mantenerlas. Además, damos oportunidades laborales a quienes antes no las tenían”, indicó. Inclusión y compromiso social El programa ha sido un ejemplo de inclusión, pues cuenta con colaboradores de todas las edades y algunos con diagnósticos de autismo o discapacidades. Fernando Villarreal Cuellar, director general de Servicios Públicos, destacó la importancia de este enfoque, señalando que «La Ola» no solo limpia la ciudad, sino que también inspira esperanza y da ejemplo de superación. María Cristina Arroyo Arreola, trabajadora de «La Ola», agradeció al alcalde y a la ciudad por brindarles un espacio para contribuir al bienestar de Torreón. “Estamos orgullosos de ser parte de este proyecto y de trabajar por nuestra ciudad”, expresó. Trabajo coordinado con el estado Hugo Dávila Prado, representante del gobernador Manolo Jiménez Salinas, felicitó a los trabajadores y reconoció el impacto positivo de «La Ola» en la calidad de vida de los torreonenses. Asimismo, destacó la colaboración entre los dos órdenes de gobierno como clave para el éxito de este programa. El alcalde Cepeda González concluyó exhortando a los trabajadores a mantener su compromiso durante la nueva administración 2025-2027. “Ustedes son el corazón de este programa y con su esfuerzo demuestran que Torreón puede más”, afirmó.

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