La influencia de la heredera multimillonaria Altagracia Gómez Sierra como coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización (CADERR) reconfigura las dinámicas de poder en el gabinete presidencial.
El reciente anuncio del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización (CADERR), pieza clave del Plan México, marca un punto de inflexión en la relación entre el sector empresarial y el gobierno de Claudia Sheinbaum. Sin embargo, más allá del impacto económico y político del nuevo consejo, destaca la figura de Altagracia Gómez Sierra, quien ha emergido como una figura central en la estrategia económica del gobierno, a pesar de no ocupar un cargo formal en el gabinete.
El ascenso de Altagracia: de empresaria a estratega política
Conocida por liderar empresas en sectores estratégicos, Altagracia ha transitado de ser una heredera empresarial a convertirse en una de las figuras más influyentes del país. Su papel como coordinadora del CADERR la coloca en una posición de poder inusitada, influyendo directamente en la ejecución de la Estrategia Nacional de Relocalización y en la gestión de inversiones multimillonarias.
Este consejo, integrado por 15 líderes empresariales de sectores clave como energía, automotriz, minería y tecnologías de la información, tiene como objetivo implementar proyectos ambiciosos, entre ellos, la construcción de 100 parques industriales y el desarrollo de infraestructura para fortalecer los Polos de Bienestar. Sin embargo, el liderazgo de Altagracia plantea preguntas cruciales:
- ¿Por qué Sheinbaum confía más en Altagracia que en sus secretarios?
El nombramiento de Altagracia como coordinadora del CADERR parece ser un reconocimiento a su capacidad de articular intereses privados y públicos, algo que el secretario de Economía y el de Relaciones Exteriores no han logrado consolidar. Esto podría interpretarse como una señal de desconfianza hacia los secretarios o como una apuesta pragmática por resultados inmediatos, dada la experiencia y las conexiones de Altagracia. - ¿Está desplazando a otros miembros del gabinete?
La creciente influencia de Altagracia pone en entredicho la relevancia de figuras tradicionales como el secretario de Economía o el de Relaciones Exteriores, quienes deberían liderar esfuerzos de relocalización y diplomacia económica. La coordinación directa entre Altagracia y el sector privado podría generar tensiones internas y una posible fragmentación del poder dentro del gabinete.
Lealtades divididas: ¿con la presidenta o con Altagracia?
El CADERR reúne a empresarios influyentes como Eduardo Tricio Haro de Grupo Lala, Blanca Treviño de Softtek y Antonio del Valle de Kaluz, entre otros. Aunque su lealtad oficial es hacia la presidenta, la capacidad de Altagracia para liderar este grupo y su acceso directo a la toma de decisiones la convierten en una figura central en la dinámica del consejo.
La dependencia de la presidenta en Altagracia podría resultar un arma de doble filo: mientras que asegura el apoyo empresarial a corto plazo, también podría consolidar un poder paralelo difícil de manejar en el futuro.
¿Es esto lo mejor para México?
El CADERR tiene objetivos ambiciosos: incrementar la inversión, duplicar programas de educación técnica, reducir tiempos burocráticos y potenciar la sostenibilidad. Si bien estas metas pueden detonar crecimiento, el protagonismo de actores empresariales en decisiones estratégicas plantea dudas sobre el balance entre el interés público y privado.
Por otro lado, la falta de un liderazgo claro en el gabinete económico podría generar conflictos de poder que desvíen la atención de las prioridades nacionales. En este contexto, el éxito del CADERR dependerá no solo de su capacidad para cumplir sus objetivos, sino también de su transparencia y de su alineación con el bienestar colectivo.
Altagracia Gómez Sierra ha consolidado su lugar como una de las mujeres más influyentes del país, redefiniendo la interacción entre política y negocios. Sin embargo, su protagonismo dentro del CADERR plantea preguntas sobre el equilibrio de poder y la dirección del gobierno de Sheinbaum. Si este consejo se convierte en una herramienta efectiva para transformar la economía mexicana o en un espacio de tensiones políticas dependerá de cómo se gestione este delicado balance entre liderazgo empresarial y gobernanza pública.