Sector empresarial levanta la voz: reducir jornada laboral a 40 horas debe hacerse con realismo y apoyo a las PyMES

"No se puede castigar a quienes generan el empleo formal en el país”

Torreón, Coahuila

En un posicionamiento firme pero constructivo, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA) expresó su preocupación por el anuncio del Gobierno Federal sobre la instauración paulatina de una jornada laboral de 40 horas semanales, instruida por la presidenta Claudia Sheinbaum. La organización empresarial llamó a que la reforma no avance sin una visión estratégica y sin considerar el impacto que tendría sobre las micro, pequeñas y medianas empresas, que conforman más del 90% del tejido productivo del país.

A nivel local, Pablo García, presidente de CANACINTRA Delegación Torreón, respaldó la postura nacional y advirtió que “no es el momento apropiado para una reforma de este calado, aunque se diga que será gradual”. Para el líder empresarial lagunero, resulta preocupante que el gobierno haya anunciado esta reforma sin un consenso real con el sector productivo.

“Habrá foros, sí. Pero ya lo vimos con la reforma judicial. Se organizaron foros, participaron ministros, especialistas y empresarios… y de poco sirvió, porque no se les tomó en cuenta. Esta historia parece repetirse con la jornada laboral: ya se anunció, y parece que va porque va, sin importar las afectaciones que puede generar,” señaló.

Un golpe a la operación y competitividad de las empresas

CANACINTRA enfatiza que una reforma sin incentivos reales ni apoyos específicos para las PyMES puede derivar en la reducción de operaciones, pérdida de empleos y mayor informalidad. Para sectores como la manufactura, el comercio, la agroindustria, los servicios médicos o el turismo —muchos de ellos esenciales y con operaciones ininterrumpidas— la aplicación uniforme de una jornada reducida pondría en riesgo su viabilidad operativa.

Además, implementar una jornada de 40 horas semanales implica que muchos negocios solo operen cinco o seis días, lo que obliga a reorganizar turnos, pagar horas extra o incluso contratar personal adicional. Todo esto repercute directamente en los costos y en la productividad, especialmente en regiones industriales como La Laguna.

Propuestas y alternativas: sí al diálogo, pero con resultados

Desde su postura institucional, CANACINTRA propuso una ruta alternativa: una transición gradual, acompañada por incentivos reales. Entre sus propuestas se encuentran:

  • Reducción de cuotas patronales del IMSS e INFONAVIT para las empresas que adopten la nueva jornada.
  • Acceso preferente a programas de capacitación, automatización y digitalización.
  • Una política industrial robusta que apoye el escalamiento de empresas y estimule la inversión.

“No nos oponemos a que se mejore la calidad de vida de los trabajadores; es una meta que todos compartimos. Pero para lograrlo, se necesita diálogo, corresponsabilidad y realismo. No se puede castigar a quienes generan el empleo formal en el país,” dijo Pablo García.

Una advertencia que no debe ignorarse

En su comunicado oficial, CANACINTRA recordó que si bien el objetivo de dignificar el trabajo es legítimo, este debe equilibrarse con políticas que garanticen la productividad, la formalidad y la competitividad nacional. Las reformas laborales deben marchar al mismo ritmo que las políticas industriales y de inversión, no en su contra.

Desde Torreón hasta la Ciudad de México, la industria nacional hace un llamado claro: la transformación laboral sí, pero con diálogo, responsabilidad y visión de futuro.