Ciudad de México.
El más reciente Reporte Económico Diario de Citibanamex, correspondiente al 22 de abril, ofrece un análisis exhaustivo sobre el panorama económico de México y su entorno internacional, marcado por una combinación preocupante de factores: una economía estancada, percepción ciudadana de creciente inseguridad y un endurecimiento sin precedentes en la política arancelaria de Estados Unidos.
Contracción económica: México encadena dos trimestres negativos
La actividad económica mexicana habría caído 0.1% en el primer trimestre de 2025, de acuerdo con estimaciones del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) y su versión anticipada, el IOAE. Esta contracción, que se suma a la caída registrada en el trimestre anterior, consolida un escenario técnico de recesión, aunque aún no oficializado por el gobierno federal. El estancamiento en marzo, tras una leve recuperación en febrero, confirma que el dinamismo económico sigue limitado por factores internos y externos.
Percepción de inseguridad: una constante que impacta la confianza
El informe también destaca que la percepción de inseguridad entre la población se mantiene alta: el 61.9% de los mexicanos se siente inseguro en su ciudad, una cifra que refleja una sociedad tensionada y cuyo impacto en decisiones de consumo e inversión no debe subestimarse. Fresnillo, Culiacán y Villahermosa lideran las ciudades con peor percepción, mientras que Piedras Negras se ubica entre las más seguras, con apenas 20.5% de percepción negativa.
Riesgos globales: el FMI ajusta el crecimiento mundial a la baja
La coyuntura internacional tampoco favorece a México. El Fondo Monetario Internacional revisó su proyección de crecimiento global para 2025 a solo 2.3%, y para México, anticipa una caída del PIB de -0.3%, una de las peores revisiones del organismo. La razón: un entorno global de incertidumbre comercial, alimentado por la nueva ofensiva arancelaria del gobierno de Donald Trump.
Aranceles a México: una amenaza estructural para las exportaciones
Uno de los puntos más delicados del informe es el análisis sobre la estructura arancelaria que enfrenta México ante Estados Unidos. Actualmente, el arancel ponderado efectivo para las exportaciones mexicanas asciende a 12.7%, pero podría subir a 16.2% si se concretan los nuevos aranceles a autopartes anunciados para el 3 de mayo. Esto posicionaría a México como el cuarto país con mayor carga arancelaria entre los socios comerciales de EE.UU., solo detrás de China (107%), Japón y Corea del Sur.
Entre los sectores más afectados se encuentran el automotriz, el de maquinaria, el eléctrico y el de bebidas, todos vitales para el superávit comercial con Estados Unidos. La doble tributación —cuando un producto paga dos tipos de aranceles simultáneamente, como sucede con ciertas autopartes que también contienen acero o aluminio— agrava la situación.
TMEC bajo presión: solo el 48.9% de las exportaciones cumplen con el tratado
El cumplimiento de las reglas de origen del TMEC también es un factor preocupante. En 2024, menos del 50% de las exportaciones mexicanas a EE.UU. lo hicieron bajo las condiciones del tratado. Las empresas mexicanas enfrentan dificultades crecientes para cumplir con los estándares de contenido regional y laborales exigidos por el nuevo acuerdo, en especial en sectores como maquinaria pesada, aparatos eléctricos y óptica.
Urgencia de estrategia industrial y política exterior activa
El informe de Banamex concluye que México enfrenta una tormenta perfecta: bajo crecimiento, altos niveles de inseguridad, y una presión arancelaria que podría derivar en una pérdida estructural de competitividad frente a sus principales rivales comerciales.
Si bien el cumplimiento del TMEC podría ser una vía para aliviar parte de la carga arancelaria, las condiciones actuales exigen una acción inmediata del gobierno federal: reactivar las mesas de diálogo con EE.UU., reconfigurar las cadenas de suministro y garantizar apoyo técnico y fiscal a las empresas exportadoras.
En un momento en que el 82% de las exportaciones mexicanas dependen de EE.UU., el riesgo no solo es económico: es geopolítico y estructural. México necesita liderazgo económico y diplomático sólido para proteger su principal fuente de divisas y empleos formales. La ventana de oportunidad se cierra con rapidez.