Washington / Ciudad de México.
En plena escalada de tensiones comerciales globales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha encontrado un nuevo blanco para su política de presión arancelaria: México. A través de su red social Truth Social, el mandatario norteamericano acusó este jueves a nuestro país de incumplir con el Tratado de Aguas de 1944, un acuerdo bilateral vigente desde hace más de 80 años.
“¡ESO SE ACABA YA! Me aseguraré de que México no viole nuestros tratados ni perjudique a nuestros agricultores texanos”, sentenció Trump, asegurando que el país adeuda 1.3 millones de acres-pies de agua al estado de Texas.
El republicano advirtió que, de no cumplirse el pacto, su gobierno escalará las consecuencias, incluyendo nuevos aranceles o incluso sanciones económicas. En su mensaje, también reveló que ya se suspendieron envíos de agua hacia Tijuana como represalia y que su Secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, está trabajando con legisladores texanos para presionar diplomáticamente a México.
Claudia Sheinbaum responde con diplomacia… y rapidez
Ante la amenaza inminente de aranceles —y tomando nota del caso de China, donde Trump aumentó los gravámenes hasta un 145%—, la presidenta Claudia Sheinbaum actuó con rapidez. A través de un mensaje oficial, Sheinbaum aseguró que ya fue enviada una propuesta integral al Departamento de Estado de EE.UU. para regularizar la entrega de agua conforme al tratado.
“Han sido tres años de sequía y, en la medida de la disponibilidad, México ha estado cumpliendo”, afirmó la mandataria, señalando que se están coordinando acciones de corto plazo para evitar un conflicto bilateral mayor.
Además, instruyó a los secretarios de Relaciones Exteriores, Agricultura y Medio Ambiente a establecer contacto inmediato con sus contrapartes estadounidenses, en un intento por frenar la amenaza antes de que se materialice en medidas económicas concretas.
Un país en la cuerda floja
México ya enfrenta tres aranceles vigentes impuestos por Estados Unidos:
- Al acero y aluminio.
- A vehículos y autopartes no conformes al T-MEC.
- A exportaciones mexicanas fuera del marco del T-MEC.
Una nueva medida, especialmente en el contexto de una economía debilitada por una desaceleración visible, podría tener efectos devastadores. Recordemos que la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez Ceja, advirtió ante el Senado que el actual entorno comercial global “reducirá el comercio mundial y puede empujar hacia una desaceleración económica”.
“México cuenta con fundamentos macrofinancieros sólidos”, señaló, “pero una crisis prolongada y nuevas presiones arancelarias podrían comprometer el crecimiento económico y la estabilidad del comercio internacional”.
Texas presiona, México busca evitar un nuevo «ejemplo»
En paralelo, legisladores de Texas —clave en la base electoral de Trump— están aprovechando el momento para insistir en que el gobierno estadounidense use los aranceles como herramienta de presión. La congresista estatal Erin Elizabeth Gámez advirtió que la escasez de agua ha cerrado industrias, como una planta azucarera en el Valle de Texas, y que el incumplimiento de México tiene “graves consecuencias económicas”.
Todo parece indicar que la política exterior de Trump en campaña se está endureciendo, y tras “poner un ejemplo” con China, México se perfila como su nueva víctima arancelaria. En este contexto, el llamado a “cooperar” ha llegado desde Palacio Nacional, con un tono claro: evitar a toda costa una nueva guerra comercial que el país —y sus empresarios— difícilmente podrían resistir.
Con el precedente de China como advertencia y un entorno económico ya tenso, México se encuentra en una posición delicada.
El reto ahora será cumplir sin ceder soberanía y sin pagar un precio demasiado alto. Porque como ya se ha demostrado, en el ajedrez geopolítico de Trump, los tratados son negociables… y las tarifas, inevitables.