Wall Street, New York
Las nuevas medidas arancelarias de Donald Trump desataron una nueva guerra comercial que ya golpea a la economía mundial. La Bolsa Mexicana cayó, el peso se depreció y las tecnológicas perdieron miles de millones. Calificadoras advierten: la recesión está más cerca que nunca.
La economía global recibió un golpe brutal este lunes tras las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump, quien oficializó la imposición de aranceles recíprocos a países de todo el mundo. El impacto fue inmediato: los mercados internacionales colapsaron y la jornada ya es considerada como el nuevo lunes negro.
Guerra comercial sin tregua: comienza el temido efecto dominó
En el momento en que Trump hablaba desde la Casa Blanca y descartaba pausar su política de gravámenes, los índices bursátiles globales comenzaron a desplomarse. Desde Asia hasta América, ningún mercado se salvó.
- La Bolsa de Tokio cayó 7.8%
- Seúl, -5.6%
- Sídney, -4.2%
- Taiwán, -9.7%
- Shanghái, -7.34%
- El Hang Seng de Hong Kong se hundió 13.22%, su peor caída desde 1997.
En Europa, los principales índices abrieron en caída libre, en sincronía con los mercados asiáticos. La incertidumbre sobre la respuesta de la Unión Europea mantiene en vilo a los inversionistas.
México también cae: la BMV se hunde 1.93% y el peso se debilita
El índice S&P/BMV IPC mexicano también fue arrastrado por la ola de pánico financiero. Cayó un 1.93% al cerrar en 50,458 puntos, con un desplome intra-día de casi el 4%. En la última semana, ya acumula una pérdida de 3.86%, y en lo que va del año se ha reducido un 4.75%.
El peso mexicano también fue víctima del nerviosismo global. Cerró con una depreciación del 0.92% frente al dólar, cotizando en 20.77 pesos por billete verde, en un rango volátil que llegó hasta los 20.80 pesos. Todo esto, pese a que México no está incluido en los nuevos aranceles gracias al T-MEC.
Según Felipe Mendoza, analista de ATFX LATAM, “México, pese a su exclusión arancelaria, no es inmune a una economía global fragmentada”. Y tiene razón: si Estados Unidos entra en recesión, arrastra inevitablemente a México consigo.
Los ‘siete magníficos’ ya no lo son tanto
Ni las gigantes tecnológicas lograron salir ilesas. Apple, Nvidia, Microsoft, Amazon, Alphabet, Meta y Tesla —los llamados “siete magníficos”— acumulan pérdidas multimillonarias en su valor de capitalización en solo días. La crisis bursátil que se agudizó en Asia y Europa también afectó duramente a Wall Street.
Recesión a la vista: Goldman Sachs y JP Morgan prenden las alarmas
La magnitud del colapso ha encendido todas las alertas. Goldman Sachs elevó a 45% la probabilidad de una recesión en Estados Unidos, mientras que JP Morgan advirtió que los aranceles podrían provocar una desaceleración severa, acompañada de inflación para los consumidores.
Y lo que pasa en EE.UU. no se queda en EE.UU.: agencias calificadoras ya mencionan que “la sombra de una recesión comienza a asomarse también en México”. Los indicadores macroeconómicos locales muestran señales de alerta: bajo crecimiento, alta dependencia de exportaciones, y una economía atrapada entre la incertidumbre política y la fragilidad global.
Trump: “Es Estados Unidos primero, lo demás no me interesa”
En su estilo característico, Trump dejó claro que no piensa dar marcha atrás:
“Si logramos un acuerdo justo y beneficioso para EE.UU., bien. Si no, ¿por qué querría hablar con ellos?”, dijo desde el Air Force One.
Incluso advirtió que si China no retira el aumento de 34% en sus tarifas antes del 8 de abril, Estados Unidos responderá con nuevos aranceles del 50%, una medida que podría agravar aún más el colapso financiero global.
Pekín ya respondió, acusando a Washington de usar “pretextos” para justificar prácticas hegemónicas que dañan a los países en desarrollo.
“La presión y las amenazas no son la forma de tratar con China”, señaló el vocero del Ministerio de Exteriores.
¿Y ahora qué?
Con el índice VIX, que mide la volatilidad del mercado, superando los 60 puntos, los inversionistas se enfrentan a un escenario donde la incertidumbre reina. Mientras tanto, el mundo observa con nerviosismo cómo se despliega una nueva guerra comercial, en medio de advertencias de recesión y mercados colapsando.
¿Es este el inicio de una nueva crisis global?
Los mercados ya respondieron.
Ahora, le toca a la política y la diplomacia evitar que el lunes negro se convierta en un año perdido.