🚨 Slim pide inversión, pero ¿dónde está el gobierno? México se desmorona y las empresas lo saben

📉 Mientras Carlos Slim hace un llamado a la inversión, la economía mexicana se hunde bajo su propio peso: aranceles sin respuesta, un sistema bancario bajo sospecha, reformas tóxicas y un gobierno que no da señales de liderazgo. El capital extranjero huye y el nacional duda.

Ciudad de México.

Carlos Slim Helú, el empresario más rico de México y uno de los hombres más influyentes del planeta, lanzó un llamado a la inversión privada como la única vía para combatir la pobreza y detonar el desarrollo. Pero su mensaje, lejos de ofrecer certezas, desató una serie de interrogantes entre los analistas económicos, empresarios y CEOs del país: ¿cómo invertir en un México que no ofrece garantías, ni incentivos, ni rumbo?

Slim señaló que el país no puede aspirar al crecimiento si la inversión se mantiene en niveles de 20 a 22 por ciento del PIB, cifra que calificó de “inadecuada”. También remarcó que el gobierno ya reconoce que no tiene recursos suficientes para las necesidades nacionales. En otras palabras: el Estado ha dejado de invertir, y ahora pide auxilio al sector privado para rescatar lo que aún se puede salvar.

🇲🇽 Una realidad incómoda: la inversión huye de México

Lo que Slim no dijo, pero todo el mercado sabe, es que la inversión extranjera directa (IED) se desploma. Empresas como BYD, General Motors y Michelin han frenado, pospuesto o cancelado planes en México, mientras que otras están migrando operaciones a EE.UU. bajo el efecto del nearshoring inverso.

El éxodo empresarial no es casual. En menos de siete meses de este 2025, México ha acumulado:

  • Sanciones de EE.UU. a tres instituciones financieras mexicanas por presunto lavado de dinero;
  • Aranceles agresivos al acero, aluminio y otros sectores clave;
  • Sin reunión presidencial con Estados Unidos, su principal socio comercial;
  • Cero incentivos fiscales o esquemas de financiamiento productivo;
  • Reformas improvisadas, como la del Poder Judicial y la Ley Silla, que incrementan la incertidumbre jurídica;
  • Y una deuda pública estimada por analistas en más de 17 billones de pesos.

🔥 “Inviertan”, dice Slim. Pero ¿en qué condiciones?

Slim habló durante la celebración del Día del Ingeniero, organizado por la UMAI, donde propuso un paquete de acciones para impulsar infraestructura: carreteras concesionadas, redes de agua potable, vivienda digna y desalinización de agua.

Pero su optimismo contrastó con una realidad económica cada vez más frágil. Al exhortar a la inversión privada, Slim pareció olvidar que el Estado ha debilitado sistemáticamente las bases sobre las que se construye la confianza empresarial.

¿Cómo atraer inversiones cuando:

  • El estado de derecho está erosionado?
  • El riesgo país se ha disparado?
  • Y las sanciones internacionales minan la reputación financiera de México?

“Slim dice que hay financiamiento interno disponible… ¿de qué sirve si el ecosistema está contaminado? ¿Quién invierte en un país donde la presidenta no aparece, el canciller no negocia, y el secretario de Economía no da señales de vida?”, se preguntan voces empresariales del país, cada vez más inquietas por la parálisis institucional.

💣 La bomba de la deuda y los programas sociales

Slim también criticó, aunque con tibieza, el modelo de transferencia directa de recursos sociales, asegurando que “la pobreza no se combate solo con dinero, sino con empleo y capacitación”.

Sin embargo, el gobierno ha optado por el gasto asistencial sin control: becas, pensiones universales y programas clientelares que, aunque necesarios en parte, carecen de enfoque productivo y arrastran consigo la deuda pública a niveles históricos.

“Este país se está hipotecando a futuro para ganar votos hoy”, sentenció un analista del sector financiero en Nueva York. “Y lo peor es que los empresarios están solos. Sin Estado, sin incentivos, sin certeza”.

🧨 Empresas en quiebra, instituciones en silencio

La quiebra de Del Monte Foods en EE.UU. tras el alza de aranceles al aluminio es solo un aviso. Mientras el mundo reestructura su comercio, México no tiene política industrial ni defensa diplomática clara.

El mensaje de Slim –que México tiene suficiente financiamiento privado para invertir– suena, en este contexto, más como una simulación o un intento de proteger sus propios intereses empresariales, que como un diagnóstico real del país.

⚠️ Urge liderazgo. Y no lo hay.

Desde esta redacción, nos sumamos al clamor del empresariado responsable: México no necesita más discursos optimistas, sino acciones concretas. El gobierno debe:

  • Defender activamente al sector productivo ante EE.UU.
  • Blindar el sistema financiero con reglas claras y supervisión real.
  • Incentivar la inversión nacional y extranjera con certidumbre jurídica y fiscal.
  • Y restablecer los contrapesos democráticos para frenar la erosión institucional.

Hoy, más que nunca, la voz de los empresarios debe ser firme, crítica y sin concesiones. Porque mientras Slim llama a la inversión, la realidad es que el barco económico de México hace agua por todos lados.